Intensos bombardeos rusos en la provincia siria de Idlib
Fotografía: Turkish Presidential Press - AFP




Beirut, Líbano.

Rusia llevó a cabo el sábado los bombardeos más "intensos" sobre la provincia siria de Idlib (noroeste), último bastión rebelde del país en guerra, mientras que el régimen de Damasco lanzó barriles de explosivos, indicó una oenegé.

Estos bombardeos sobre la provincia que el presidente sirio Bashar Al Asad y Rusia amenazan con un asalto inminente mataron al menos a cuatro civiles, dos de ellos niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Durante las últimas tres horas el ejército ruso, aliado del Asad, ha efectuado cerca de 60 bombardeos sobre varias localidades del sur y del sureste de Idlib, según el OSDH.

La aviación siria lanzó por su parte barriles de explosivos sobre este sector, añadió la misma fuente.

El director de la oenegé, Rami Abdel Rahman, indicó a la AFP que el ejército sirio continúa sus bombardeos con artillería pesada contra varias posiciones yihadistas y rebeldes, algunas de las cuales fueron abandonadas.

Según el OSDH, los bombardeos aéreos rusos lanzados el viernes dejaron cinco muertos, aunque estaban dirigidos contra las posiciones de Hayat Tahrir al Sham (HTS), la organización yihadista creada por la exrama siria de Al Qaida que controla el 60% de Idlib, o contra las de Ahrar al Sham, un poderoso grupo rebelde islamista.

Los bombardeos del sábado son los más intensos en el norte de Siria desde el ataque lanzado el 10 de agosto contra la localidad de Orum al Kubra, que dejó 53 muertos, 41 de los cuales eran civiles, según el OSDH.

En la provincia de Idlib y en los reductos rebeldes de las vecinas Hama, Alepo y Latakia viven en total unos tres millones de personas, según la ONU, de los cuales más de la mitad son desplazados.

Una ofensiva contra Idlib podría dejar hasta 800 mil desplazados y provocar "una catástrofe humanitaria", según Naciones Unidas.

Desde el jueves, cientos de civiles comenzaron a huir de la zona ante el temor del asalto inminente de las tropas gubernamentales.

- Fracaso de las negociaciones -

Este recrudecimiento de la violencia se produce al día siguiente del fracaso de una cumbre tripartita celebrada en Teherán entre los presidentes de Rusia, Turquía e Irán, en la que se decidía el destino de este último bastión antirrégimen que está casi totalmente fuera del poder de Damasco.

"El gobierno sirio tiene derecho a tomar el control de todo su territorio nacional y debe hacerlo", señaló el viernes el presidente ruso Vladimir Putin, mientras que su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, abogaba por un acuerdo de "alto el fuego" y advertía sobra una "masacre".

Irán, Rusia y Turquía no lograron superar sus diferencias, aunque acordaron seguir "cooperando" en la búsqueda de una solución para evitar las muertes de civiles.

La reunión de Teherán se celebró unas horas antes de un encuentro del Consejo de Seguridad de la ONU convocado a petición de Estados Unidos sobre la situación en Idlib.

Ocho oenegés internacionales activas en Siria pidieron a los "dirigentes mundiales" reunidos en Teherán y Nueva York evitar "la peor catástrofe humanitaria en siete años de guerra en Siria", que ya dejó más de 350 mil muertos y millones de refugiados.

Teherán, Moscú y Ankara lideran el proceso de Astaná, una serie de discusiones de paz lanzadas tras la intervención militar rusa de 2015. El proceso de Astaná eclipsó las negociaciones de Ginebra bajo égida de la ONU.

El comunicado final del encuentro del viernes se limita a decir que los tres presidentes "decidieron solucionar" la cuestión de Idlib "en un sentido de cooperación que caracteriza al [proceso] de Astaná".

"Hemos discutido medidas concretas para una estabilización gradual en la zona de distensión de Idlib, que prevé particularmente la posibilidad de pasar a un acuerdo para los que estén dispuestos al diálogo", declaró Putin al término de la cumbre, haciendo referencia a los combatientes insurgentes que estarían dispuestos a abandonar las armas.