Guadalajara, Jalisco 

Un hombre de edad avanzada e ímpetu vibrante, Chovy Cordero, cuenta entre risas de recuerdo y suspiros de orgullo, que un día durante la grabación de Cronos, Del Toro lo miró y le dijo, "Me voy de bracero". El cineasta sin chistar migró al norte con la certeza de que concretaría el sueño.

Guillermo del Toro creció en Guadalajara, México. Desde el bachillerato en el Instituto de Ciencias se mostró atraído por el mundo de la fantasía y los monstruos. "El Gordo" como lo llaman sus allegados, pasó diez años en diseño de maquillaje para después fundar su propia compañía, Necropia.

El también director de cine, Luis Tellez, recuerda que conoció a Del Toro por internet. Lo contactó vía redes sociales justo para el Festival de Annecy, Francia (festival más importante de animación). Ambos cineastas y Karla Castañeda (animadora de cine), coincidieron en territorio francés. Desde entonces entablaron una relación cercana con el hoy podría ser el ganador del Oscar.

"Recuerdo que no me permitían el acceso al festival, entonces, Guillermo le dijo a encargado de acceso que yo era su primo de Oaxaca y desde entonces soy el primo de Oaxaca", expresa Tellez, entre risas, en una entrevista dio para #44Lab

- Una trayectoria de monstruos -

Del Toro tenía pesadillas lúcidas desde pequeño. Él despertaba y veía cosas moverse, creaturas en el closet esperando a que bajara de la cama, hasta que un día de manera inocente y espontanea hizo un pacto con ellos. "Si me dejan ir al baño, seré su amigo para toda la vida, y desde entonces ha sido un santoral", expresó el cineasta en el Festival de Sitges.

Tardó tres años en diseñar el monstruo de La forma del agua, el cual tiene su inspiración en sapos, salamandras y anfibios comunes en aguas estancadas. Y desde Kaijus, el Laberinto del Fauno y Helboy, utilizó su inmensa imaginación para hacer del cine de ficción una oda a aquellos personajes misteriosos.

La forma del agua es la culminación a toda una carrera de tocar puertas y comer mierda. "Guillermo me dijo un día, que hacer cine era como comer un sándwich de mierda. Te tocará más o menos pan, pero siempre comerás mierda", expresó en íntimo para #44lab el director de la Comisión de Filmaciones del estado de Jalisco, Rodolfo Guzmán.