Salud.

Sin embargo, ni son drogas ni se han comprobado sus efectos nocivos

Como una nueva tendencia entre los jóvenes, principalmente de Estados Unidos, México, España y Brasil, las “drogas auditivas” o “drogas sonoras”, se han vuelto populares en las redes sociales, pero la denominación que se les ha dado al catalogarlas como drogas, no es la correcta porque no se trata de un producto farmacológico, explica Francisco José Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.

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“Se ha distribuido la información de drogas auditivas a aquellos sonidos o patrones de sonido que supuestamente pueden provocar estados alterados de conciencia ¿sí?, que es el equivalente a los efectos de una droga, de hecho no se le puede llamar droga porque la palabra droga proviene de ingrediente químico que puede ser estimulante o depresor y acá son patrones de sonido a los que el sujeto puede llegar a exponerse”. 

Gutiérrez Rodríguez mencionó que originalmente los pulsos binaurales han sido utilizados para calmar la ansiedad y el estrés, así como para eliminar la depresión. Fue así que surgió esta nueva tendencia con la que gracias a la tecnología, se han hecho infinidad de pistas y modificaciones.

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 “Se necesitaría mayor información, investigación veraz sobre el huso de las llamadas ‘drogas auditivas’ porque toda la información que circula en torno a los efectos de las drogas auditivas no se basan en artículos científicos, hay personas que han podido dar testimonios de estados alterados de conciencia y que pueden no deberse exclusivamente a estar expuesto a un patrón auditivo, sino al estado metabólico, alteraciones anímicas, organización psicológica, pero que hasta donde se ha investigado en este momento en torno a las drogas auditivas, no hay una comprobación de que el sujeto puede llegar a provocar estados alucinatorios, delirantes”.

Se puede asociar a estos sonidos con una sensación relajante y no con los efectos que produce el consumir algún tipo de sustancia o bebida, sin embargo, sí se puede generar una adicción a escucharlos ya que pueden crear patrones de conducta principalmente en los jóvenes, los cuales son más susceptibles a llevar a cabo este tipo de prácticas.

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 “La música ha sido durante siglos un medio en el cual se pueden exaltar los sentidos, en el cual la persona puede llegar a evocar recuerdos, puede llegar experimentar alegría y esto se debe a las conexiones nerviosas que se generan, no podemos hablar de una droga auditiva en el sentido de que no se ha comprobado que una persona pueda llegar a alucinar, delirar como lo haría con algún estimulante o depresor de origen químico ¿sí?, sí se pueden generar estados que a través de la música son facilitadores de las emociones”.

El también psicólogo añadió que escuchar  estos sonidos puede crear la misma sensación que provoca la hipnosis, pero esto dependerá del estado emocional de la persona ya que al ser un conector de emociones no todos presentaran las mismas alteraciones o aceptación a lo que escuchan.

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 “Hay música como el kundalini que son sonidos corporales traducidos a sintetizadores que pueden evocar tranquilidad, relajación e incluso los golpeteos sistemáticos pueden hacer que el organismo entre en un estado alfagénico, que no es ni dormido, ni despierto, pero no podemos decir que el sujetos este drogado, alguien puede llegar a un ataque de pánico, alguien pueden llegar a una cuestión delirante, pero no se debe al patrón de sonido, sí no a factores predisponentes de su organización psicologuita”.

Los supuestos daños que puede causar el escuchar las drogas auditivas no están comprobados científicamente, lo que sí es cierto es que el principal medio para disfrutar de estos sonidos son los audífonos, los cuales, según el nivel de volumen utilizado, puede generar problemas en el oído que repercutirían en la correcta audición.