Guadalajara, Jalisco.
Colombia era una nación que parecía resignada a la guerra, pero un día despertó a la paz. Ese largo camino para poner fin al conflicto con la guerrilla más antigua del mundo, es relatado en su nuevo libro por el Expresidente de Colombia y Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos Calderón, quien tuvo un encuentro histórico con el excomandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
Con la periodista Carmen Aristegui en el papel de moderadora, ambos personajes conversaron sobre el proceso que culminó con la firma de paz entre el gobierno y la guerrilla, para presentar el libro La batalla por la paz, de la autoría de Santos Calderón, quien explicó que cuando asumió las riendas del gobierno colombiano, lo primero que se hizo fue analizar los procesos anteriores de negociación para la paz, no sólo en su país, sino en otras naciones.
“Un error de mis antecesores fue no involucrar a los militares desde el inicio del proceso. Pensaban que ellos se iban a oponer a todo proceso de paz. Yo opté por otro camino. Fui militar, estuve en la Marina y fui Ministro de la Defensa. Desde el comienzo los involucré en el proceso. La paz es una victoria, les dije, es lo que más les conviene”, dijo.
Fue así como los generales más prestigiosos fueron nombrados negociadores plenipotenciarios. Y poco a poco fueron sumando a más sectores.
“Fuimos audaces. Quiero reconocer y decirles a ustedes que las FARC, desde el comienzo, estuvieron muy comprometidas. Este proceso, hoy, los estudiosos y académicos lo ven como ejemplar, donde el derecho de las víctimas a la justicia, verdad y no repetición están en el centro. Para diseñar el proceso de justicia transicional a la que aceptamos todos. Es el primer proceso bajo el Estatuto de Roma”, agregó.
“Ningún proceso de paz es perfecto, porque se hace con seres humanos y es un intercambio de concesiones. Si hacemos una lista de lo que quería cada bando, y a lo que llegamos, fue una negociación. Así se hace la paz. La polarización no permite las transacciones”, confesó Santos Calderón.
Explicó que jamás pensó que fueran a perder el plebiscito. Y en ese proceso afectó que un huracán pasó por las regiones donde había mayor preferencia al “Sí a la paz”, y a que la derecha (incluso las iglesias católica y evangélica) movilizaron a sus fieles en contra de la paz.
Calificó a este proceso de paz, detallado en el libro, como “un esfuerzo de aprender de procesos del pasado, y es audaz. Durante muchos años perseguí a Londoño para matarlo, y él a mí. Y hoy nos preguntamos por nuestros hijos y nietos. Es el cambio de la guerra por la paz”.
Tanto Rodrigo Londoño como Juan Manuel Santos admitieron que un hombre clave para estas negociaciones de paz fue el fallecido Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien participó como interlocutor.
“Chávez y yo éramos enemigos, pero a él le interesaba la paz de Colombia porque afectaba a Venezuela. En los procesos de paz los países vecinos son claves. Los procesos de paz no se pueden lograr sin apoyo de la comunidad internacional”, subrayó Santos Calderón, y agregó: “Chávez era el único hombre que nos daba confianza para negociar ese proceso de paz”.
Londoño relató que la confrontación comenzó en la década de los 60, en plena Guerra Fría, cuando se dio el bombardeo a comunidades campesinas pobres. Las FARC combatieron durante 53 años, pero contrariamente a lo que se cree, siempre estuvieron en favor de resolver el conflicto a través del diálogo, y así se intentó en diversas épocas, pero siempre encontraban un gobierno cuya intención era aplastarlos.
“Lo que se necesitaba para encontrar la paz era la posibilidad de hacer política, y la seguridad jurídica de que no nos fueran a matar. Y eso fue lo que ofreció el Presidente Santos”, confesó Londoño.
Y sobre la supuesta participación de guerrilleros en actividades de narcotráfico, Londoño dijo que aunque sí se pensó en esa posibilidad para financiar la revolución, finalmente no eran ideologías compatibles, e incluso en las zonas controladas por la guerrilla los plantíos que eran descubiertos, eran destruidos.
“¡Jamás las FARC se involucraron en el narcotráfico! Los ideales de los revolucionarios y de los narcotraficantes son antagónicos. A ellos les gusta la supuesta buena vida, a nosotros la austeridad”, enfatizó Londoño.
E incluso, el Expresidente Juan Manuel Santos Calderón puso en la mesa la necesidad de despenalizar el tráfico y la venta de drogas: “Hay algo que nunca he dicho en público y aquí lo voy a decir: este problema no va a tener solución si no se levanta la prohibición”.
Y remató con una anécdota de Winston Churchill en una visita a Estados Unidos de América en plena prohibición de la venta de alcohol: “Qué país tan raro. Le dan las ganancias de este negocio a las mafias. Y en mi país, se las dan al fisco. Eso ejemplifica la misma situación (de las drogas)”.
La bienvenida a la presentación estuvo a cargo del Rector General de la UdeG, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, quien hizo votos para que este encuentro entre Santos Calderón y Londoño sea visto como una oportunidad de transformar, en bien de la paz, a otros países.
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