Guadalajara, Jalisco

En los Avisos de Ocasión de los periódicos locales abunda la oferta laboral discriminatoria. No importa el tipo de empleo ni la escolaridad que se requiera, la contratación está limitada por criterios que no definen las capacidades, habilidades y competencias de las personas.

La discriminación en el campo laboral está naturalizada y no es motivo de sorpresa que se solicite una secretaria “soltera”, ni que un ingeniero después de los 40 años   no sea candidato a un puesto de servicios preventivos de electrónica, ni que la mayoría de los empleadores busquen a recién egresados “experimentados” o que se le exija “juventud” a las personas de mayor experiencia, con salarios de 4 mil a 6 mil pesos.

En el mismo Servicio Nacional del Empleo, dependiente de la secretaría del Trabajo y Previsión Social, se ofertan vacantes con las mismas características:

Técnico laboratorista de 20 a 30 años, de 2 a 3 años de experiencia, sueldo 6 mil pesos mensuales o médico veterinario de 28 a 35 años de edad, con uno o dos años de experiencia, salario de 8 mil pesos al mes.

En algunos casos estos requisitos oscurecen las “intenciones verdaderas” de los patrones, alerta el presidente de la Academia de Derecho Laboral de la Universidad de Guadalajara, Guido Bugarín Torres.

Los criterios de esas empresas violan el artículo 123 de la Constitución Política Mexicana, que establece que toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil, así como el artículo 133 de la Ley Federal del Trabajo que prohíbe a los patrones a negarse a aceptar trabajadores por razones que puedan dar lugar a un acto discriminatorio.

En la práctica es letra muerta. Ricardo Lomelí vive en las calles, a veces duerme con amigos. Es pepenador y su último empleo formal fue de seguridad privada. Por no tener un domicilio fijo y su edad, no ha sido contratado nuevamente y no ha podido recuperar el techo que perdió desde que sus padres murieron y su hermana lo echó de la casa de la familia.

En el Servicio Nacional del Empleo revisó más vacantes, con la esperanza de no encontrar las mismas limitantes.

El Centro de Reflexión y Acción Laboral, que asesora legalmente a trabajadores de la industria maquiladora, ha registrado una disminución de los casos de discriminación.  Hace 15 años, representaban el 90 % y la discriminación más común era por tatuajes. En la actualidad son el 35% y los motivos más frecuentes son la edad o el estado físico.

El director de comunicación social del Cereal, Jorge Barajas advierte que este nivel no deja de ser alarmante.

El Cereal aclara que no se puede descartar a una persona para un puesto, sin aplicarle los exámenes psicométricos y de habilidades.