Buenos Aires, Argentina.
Una investigación secreta conjunta entre Argentina y Rusia permitió decomisar 389 kilos de cocaína, valorados en 50 millones de euros, ocultos en 16 valijas en un anexo de la embajada rusa en Buenos Aires, informó este jueves el gobierno argentino.
"Se trata de una banda narcocriminal que estaba intentando utilizar el correo diplomático de la embajada rusa" para llevar la droga a Europa, explicó en conferencia de prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Hay cinco detenidos --dos en Argentina y tres en Rusia-- al término de la investigación que duró más de un año, digna de una película de espionaje.
Según la ministra, se trata de una de las operaciones "más complejas, extravagantes y profesionales que ha tenido Argentina en temas de narcotráfico".
La droga fue hallada en un anexo a la legación diplomática tras la denuncia del embajador ruso en Argentina, Viktor Koronelli, y a partir de ese momento comenzó la investigación.
- Comprar harina de madrugada -
Según el relato de Bullrich, el 13 de diciembre de 2016 el embajador Koronelli la llamó por teléfono cerca de las nueve y media de la noche y poco después se presentó en su despacho junto con tres miembros del servicio de seguridad ruso para comunicarle sus sospechas de que en un anexo de la embajada se ocultaba droga.
El anexo, que es territorio ruso, se halla a unas cinco cuadras de la sede diplomática.
La ministra convocó entonces al juez Julián Ercolini, quien en el momento emitió la orden judicial para comenzar la investigación.
"El embajador nos entrega una llave para entrar de manera lateral a ese lugar. Se sacan las valijas a las tres de la madrugada, pero había que regresarlas antes de las seis, cuando llegaba el personal de ordenanza a ese lugar", refirió Bullrich.
"A las tres tuvimos que mandar personal de la gendarmería a comprar harina al mercado central, porque nadie tenía 389 kilos de harina en depósito. Ni siquiera teníamos dinero para comprarla", evocó.
Los paquetes de cocaína fueron reemplazados por otros idénticos pero contentivos de harina y antes del amanecer se dejaron nuevamente en el lugar las maletas con dispositivos de monitoreo con cámaras encendidas las 24 horas.