Guadalajara, Jalisco.
La transparencia municipal sobrevive entre la precarización. Así como sucede en temas relativos a la seguridad, la ejecución de obra pública o el abasto y saneamiento de agua potable, también en la transparencia y acceso a la información los municipios siguen siendo el eslabón más débil.
Los problemas van de la falta de infraestructura, de recursos tecnológicos y escasa capacitación de los empleados y titulares de las Unidades de Transparencia, pero también, pocos recursos humanos.
De acuerdo con información disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia, portales municipales y solicitudes realizadas por el reportero, el 56 % de los municipios de Jalisco cuentan solamente con un empleado, es decir, el mismo director de la Unidad de Transparencia, que hace todo sin el apoyo de ningún otro colaborador. Se trata de 70 municipios.
Otros 25 municipios, el 20 %, tiene dos empleados, es decir, la directora o director y una persona que le auxilia. Siete municipios cuentan con tres empleados, esto significa el 5.6 %.
Es decir, el 81.6 % de los municipios tiene menos de tres empleados en sus Unidades de Transparencia. Pero, ¿Cómo afecta esta precarización al ejercicio de la transparencia y el derecho de acceso a la información en Jalisco? Habla Cynthia Cantero Pacheco, presidenta del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de Jalisco (Itei).
“Bueno, definitivamente afecta el hecho de que las unidades de transparencia de los sujetos obligados, por supuesto, de los municipios no cuenten con todas las capacidades institucionales para poder atender la responsabilidad que tienen encomendada por ley”.
De acuerdo con la información publicada por el Instituto de Transparencia de Jalisco, de las 97 sanciones que el órgano garante impuso en 2019 y lo que va de 2020, 67 han sido precisamente contra ayuntamientos. Arandas es el más castigado con 22, seguido por Sayula y Villa Corona con ocho.
Fabiola Garibaldi, secretaría técnica de la asociación Ciudadanos por Municipios Transparentes (CIMTRA), agrega:
“Principalmente en la afectación al acceso al derecho de la información. Que el área esté tan precaria limita el ejercicio, lo más importante para acceder a un derecho es tener las condiciones de garantías. Hace que sea precario y existan pocas posibilidades de difundir y que las unidades realicen otro tipo de herramientas o de mecanismos para promover una cultura de transparencia”.
Solamente cinco municipios de Jalisco tienen más de 10 empleados. El que más personas tiene es Guadalajara, con 14 empleados, seguido por Zapopan con 13, Tonalá y Tlaquepaque con 11 y Tlajomulco de Zúñiga con 10.
Los municipios metropolitanos con menos empleados en su unidad de transparencia son Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán con dos, y Zapotlanejo con uno.
Fuera de la zona metropolitana el municipio con más empleados es Lagos de Moreno, con ocho. Hubo ocho municipios que no informaron ni publican este dato. A todo esto, se suma que el único empleado de transparencia tiene que realizar otras actividades.
“Muchos encargados de transparencia también son encargados de sistemas, sino que también se encargan del plan municipal de desarrollo, actividades que tienen que ver con la contraloría interna y hace pensar que no están buscando perfiles específicos para que desarrollen esa actividad y no les están dejando que realicen actividades de promoción de buenas prácticas de transparencia, o que se ejerza la transparencia proactiva y focalizada porque también tienen otras actividades que para nada estén relacionadas con la transparencia”, explicó Fabiola Garibaldi.
Las carencias, son una realidad añeja en los municipios, lo que los vuelve el eslabón más débil de la transparencia.
“No existe una homogeneidad en cuanto a señalar cuantas personas debe haber atendiendo la responsabilidad de una unidad de Transparencia, esto se da en base a la necesidad operativa de cada sujeto obligado, en este caso los ayuntamientos, efectivamente algunos solo cuentan con una persona para hacer frente a estas responsabilidades”, añadió Cantero Pacheco.
Sin embargo, el poco personal no es el único problema. Tampoco hay perfiles especializados y es así que al frente de las unidades de transparencia, se encuentran hasta nutriólogos, psicólogos e ingenieros industriales, o de plano, personas sin licenciatura. Pero de esto hablaremos en la próxima entrega.
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