Ottawa, Canadá.
Ottawa propuso el martes cambios en la regulación canadiense sobre medios de radiodifusión para que incluya también a las crecientes plataformas de streaming haciendo que contribuyan con fondos a la industria audiovisual local.
Si se aprueba finalmente en el Parlamento, la enmienda a la ley de radiodifusión permitirá a la Corporación de Radiotelevisión y Telecomunicaciones Canadiense (CRTC) aplicar las mismas reglas que rigen ahora a las cadenas tradicionales a compañías como Netflix, Amazon Prime o Spotify.
El nuevo marco podría obligarles igualmente a contribuir a un fondo que apoya la creación, producción y distribución de música, cine y televisión nacional, que el gobierno estima que puede llegar hasta los 830 millones de dólares canadienses [USD 630 millones] en 2023.
"Un sistema para nuestras emisoras tradicionales y otro separado para las de internet no funciona", afirmó el ministro de Patrimonio, Steven Guilbeault, en conferencia de prensa. "Nuestro gobierno cree que todo el que se beneficie del sistema debe contribuir a él de forma justa", añadió.
Los críticos, sin embargo, opinan que estos cambios legislativos no van suficientemente lejos. "La nueva ley de radiodifusión... es un desastre", tuitéo el diputado del opositor Nuevo Partido Democrático Alexandre Boulerice, acusando al gobierno de haberse "rendido a las grandes tecnológicas sin luchar".
Esta ley no se actualiza desde 1991, antes de la llegada de internet. El ejecutivo liberal en minoría del primer ministro, Justin Trudeau, sufre la presión de las cadenas canadienses para que se cobren impuestos a Netflix y el resto de plataformas para equilibrar el sector.
Un documento informativo del gobierno señala que el 62 % de los hogares canadienses está actualmente suscrito a Netflix, que generó el año pasado mil millones de dólares canadienses [USD 760 millones] de ingresos en el país.
Al mismo tiempo, los ingresos de la radio y televisión tradicional están estancados o en declive, así como sus contribuciones al fondo de creación canadiense.
Según Guilbeault, algunas de las plataformas de streaming invierten ya en música, televisión o películas locales, pero sus contribuciones son únicamente voluntarias.