Arabia Saudí hace concesiones a Catar antes de la peregrinación a La Meca




Riad, Arabia Saudita.

Arabia Saudí decidió reabrir su frontera con Catar para permitir que los fieles cataríes realicen la peregrinación a La Meca, una medida saludada el jueves por Doha que sin embargo no pone fin a la crisis en el Golfo.

Desde el 5 de junio pasado, Catar vive aislado y bajo un duro embargo impuesto por sus vecinos del Golfo, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Baréin, además de Egipto, que lo acusan de apoyar el "terrorismo" y de ser demasiado cercano a Irán.

Entonces todas las fronteras terrestres y marítimas con el pequeño emirato fueron cerradas y se impusieron severas restricciones aéreas.

Es poco probable que la nueva decisión de Arabia Saudí desactive esta inédita crisis en el Golfo, pero aparece como un intento de despolitizar la peregrinación a los lugares santos musulmanes de La Meca y de Medina en el oeste saudí, según los expertos.

Esta decisión fue anunciada por la agencia oficial SPA después de que el príncipe heredero saudí, Mohamed ben Salman, recibiera el miércoles por la noche en Yeda a un miembro de la familia reinante catarí, el jeque Abdalá ben Ali Al Thani.

A propuesta del príncipe Mohamed, el rey Salman ordenó que se permitiera a los peregrinos cataríes "entrar en Arabia Saudí por la frontera para realizar el peregrinaje", según un comunicado.

Según el texto, el monarca también ordenó que aviones saudíes fueran enviados al aeropuerto de Doha "para traer a los peregrinos cataríes a la ciudad de Yeda" de donde viajarán a La Meca.

- Relaciones históricas -

Catar celebró este jueves la decisión de Riad de facilitar las condiciones de entrada en Arabia Saudí para los ciudadanos cataríes que deseen participar en la peregrinación a La Meca, aunque denunció la "politización" de ese acontecimiento religioso.

"Independientemente de la forma en que les prohibieron a los cataríes la peregrinación, que ha sido politizada, y de la forma igualmente politizada en que se les permitió luego efectuar la peregrinación, el gobierno de Catar celebra la decisión [saudí] y dará una respuesta positiva", declaró el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamed ben Abderrahman Al Thani, en una rueda de prensa en Estocolmo.

Durante el encuentro del miércoles por la noche en Yeda, el príncipe heredero saudí había destacado "las relaciones históricas entre el pueblo saudí y los cataríes y entre el poder saudí y la familia real de Catar".

Sin embargo el ministro de Exteriores catarí afirmó que las conversaciones entabladas la víspera con los saudíes fueron "una iniciativa personal" de un miembro de la familia Al Thani que, según él, no obedeció a una decisión del gobierno de Doha.

Catar siempre negó todas las acusaciones que le hicieron sus vecinos del Golfo, y el mes pasado acusó a Arabia Saudí de obstaculizar la peregrinación de los cataríes.

También ha denunciado el bloqueo que pone en jaque a la economía del rico emirato, productor de energía pero muy dependiente de otras importaciones.

Sin embargo, pese a la aparente distensión, el fin de la crisis todavía estaría lejos.

"Este es un gesto de buena voluntad hacia el pueblo catarí y no una apertura para el gobierno catarí", dijo en Twitter Ali Shihabi, del centro de estudio Arabia Foundation, con sede en Washington.

El minúsculo emirato, donde viven unos 2,6 millones de habitantes, de los cuales 80% son extranjeros, es el más rico del mundo por habitante --en paridad de poder adquisitivo--, según el FMI.

Catar alberga las terceras reservas de gas del planeta y es el primer exportador mundial de gas natural licuado (GNL).

El rito del "hach" --la peregrinación a La Meca--, que se inicia a finales de agosto este año, constituye uno de los cinco pilares del Islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para hacerlo.

Se espera este año que unos dos millones de musulmanes acudan a La Meca para el "hach"