Guadalajara, Jalisco.
Al Chivabarrio, en el corazón de Hacienda Santa Fe llegó el candidato de la Coalición “Juntos haremos historia”, Andrés Manuel López Obrador. Para llegar a ese lugar, el aspirante a gobernar México y su comitiva transitó por las calles que conectan los clúster de casas huevito, que además de ser habitación, están adaptadas como negocio para el autoempleo de sus habitantes, en una zona desconectada y sin oportunidades laborales.
A este punto también llegaron decenas de autobuses con simpatizantes de AMLO, quienes abarrotaron las canchas del centro deportivo.
El candidato de Morena de Tlajomulco de Zúñiga, Miguel León Corrales abrió los discursos con promesas para los pobladores de la zona Valles: ni un permiso más para construir casas hasta recuperar la dignidad de quienes viven ahí, agua potable y la línea 4 del Tren Ligero.
El abanderado morenista al Gobierno del Estado, Carlos Lomelí lo secundó.
El mitín de Amlo en el Chivabarrio era un suceso equiparable a un evento de espectáculos o deportivo. En las inmediaciones se apostó la vendimia de refrescos, dulces, papas, gorras, y playeras. A la llegada del candidato, la gente se arremolinó con el celular en mano para intentar captarlo de cerca.
La respuesta de Andrés Manuel López Obrador fue un compromiso.
Cada arranque de ira y crítica a la llamada “mafia del poder” de López Obrador fue festejada por los miles de simpatizantes.
"Creen que el pueblo es tonto, no, tonto es el que piensa es tonto, nunca más a volver a engañar al pueblo de México, se acabó, corruptos..... no me debo de enojar".
En los discursos se afirmó que en Tlajomulco nació la esperanza y hubo una traición por un negocio inmobiliario.
Andrés Manuel López Obrador marcó su línea con Enrique Alfaro, candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura.
Aclaró que era demócrata y respetuoso, pero que no le gustaría tener tratos con el emecista.