Sin apoyos para el campo




Por Luz Atilano

Es común que debido a la falta de oportunidades, habitantes de entornos aislados decidan trasladarse a las zonas urbanas. Una medida que en nuestra región, se han visto forzados a tomar pequeños productores del campo, para quienes fue cada vez más difícil sostenerse económicamente.

Sin embargo, todavía es bastante representativa la cantidad de ganaderos y agricultores que se aferran a vivir de sus tierras. Con suma dificultad, como lo señala la señora María habitante de La Gloria, una comunidad rural de Lagos de Moreno:

«Allá en los cerros había muchita gente nomás que se fueron bajando… ahorita están dos viviendas por allá bien arriba. Todos se fueron, como mis cuñados… todos se fueron para Lagos, mucha gente que vivía y toda se fue bajando para el pueblo. Nosotros no, aquí estamos ataimados aunque suframos y todo, pues mi hijo con los animales, que hay veces que no tiene qué darles de comer y día con día tiene que andar arrimándoles comida y ya ve que la gasolina tan cara y sí se batalla, como los que tienen sus animalitos, sus tres vaquitas… que no les queda a veces ni para la gasolina porque lo que les sale de la vaquita se lo vuelven a dar a la vaquita porque pues no hay pasto y el forraje bien caro. Sí es bonito aquí pero es trabajoso».

Como ella y su familia son varios los productores originarios de La Gloria que intentan continuar con su oficio. Batallando para que les reciban la leche y tratando de que la siembra de maíz y frijol se sostenga. Tareas cada vez más complicadas, según comparten dos habitantes más, debido a problemáticas que trascienden a nivel nacional como el injusto precio que se paga por el litro de leche y la falta de apoyos sociales dirigidos específicamente a las personas del campo.

«No pues aquí ya se acabaron los procampos y todo eso. Más antes, que nos dieran mil pesos de procampo ya se invertían para dos tres sacos y ahora sí todo de la bolsa y pues la gente estamos jodidos… ya no hay apoyos para el campo, nomás nos estamos quedando nosotros los viejos porque ya no agarramos jale y con el ganado y todo eso. Pero tods los morros que se están casando se están yendo al pueblo o a Estados Unidos y así»

«Por parte de programas así como de establos, de ordeñadoras, de semilla, de fertilizantes… no tenemos nada de apoyo, ahorita por las lluvias no nos han dejado sembrar. Pero de todas maneras si tú vas acá por la Nestlé, te dan 20 kilos de semilla por 600 pesos y nosotros pusimos el año pasado y no se nos dio nada de cosecha. Y luego con la leche ahorita es cuando más o menos sale un poquito más pero nos la regresan, no la quieren que porque Liconsa no tiene dónde acomodarla, donde quiera la regresan a las comunidades. Ya tenemos como… 22 años, desde que estaba Carlos Salinas de Gortari y nosotros seguimos con el mismo problema de que no hay apoyos para el rancho y pues ahí estamos», comparten.

A esa falta de apoyo para el campo se suma la de otros apoyos sociales para grupos vulnerables, pues aunque una parte considerable de la comunidad cuenta con el programa 65 y más, son varias las viviendas que han participado para obtener techos de concreto, tinacos, entre otros apoyos, sin lograrlos.