Entre lo popular y lo selecto, el Cine Vera y el Cine Lagos




Por Gabriela Arreola

La señora Clementina Godínez fue la encarga del Cine Vera por muchos años y manejó también la dulcería del Cine Lagos, negocios que pertenecían al reconocido empresario guanajuatense don Cosme Vera; ella dice que con el pretexto de las proyecciones cinematográficas estos espacios, sobre todo el Vera, se convirtieron en sitios de goce familiar, de paseos de fin de semana y de encuentro entre amigos y conocidos.

Desde los años 70, películas para los laguenses

Antes de que existiera el Cine Vera, que fue construido desde cero por don Cosme, las funciones se realizaban en el interior del edificio del Teatro José Rosas Moreno, esos fueron los inicios del cine en la ciudad.

Lámina de película exhibida en el Cine Vera

«Empezaron a trabajar en el Rosas Moreno, en donde ahora es el teatro, antes era cine. Desde el 70 o algo así, y ahí pasaban las películas. El dueño les dijo que los esperaran a que terminara de construir el cine y lo dejaron todavía como tres o cuatro años para que él terminara. Cuando terminaron el cine, entregaron el teatro y ya cuando entregaron el teatro empezaron a trabajar en el Cine Vera», comparte la señora Clementina Godínez.

El Cine Vera comenzó a funcionar aproximadamente en los años 70, fue el padre de don Cosme quien empezó con el negocio familiar y posteriormente pasó a manos de su hijo. La señora Clementina dice que don Cosme era un empresario sobresaliente, pero también un muy buen ser humano.

Lámina de película exhibida en el Cine Vera

El pretexto eran las películas, la convivencia era lo bueno

El Cine Vera fue para los laguenses un espacio de esparcimiento y de convivencia familiar, pues debido a las películas que se proyectaban, personas de todas las edades ingresaban al recinto, familias de la ciudad y de las zonas rurales.

«Para la sociedad de Lagos fue muy bueno, porque como era familiar, películas de Pedro Infante, de Tarzán, todas ellas populares. Entonces se hacían funciones corridas, en esas funciones corridas el domingo era desde las diez de la mañana a las diez de la noche u once, cuando terminaba la película. Había gente que entraba con su bolsa con comida, haz de cuenta que entraban unos en la mañana salían hasta en la tarde, ya habían visto la película dos o tres veces. De que era función corrida no se desalojaba el cine, se prendía la luz cuando terminaba la función, el que quería se salía y el que no se quedaba».

Lámina de película exhibida en el Cine Vera

La señora Clementina dice que los días más concurridos en el Cine Vera eran los viernes, sábados y domingos. Las entradas costaban 6 pesos para luneta y 3 para balcón. El cine podía albergar hasta 960 personas en la parte inferior y mil personas en la parte superior.

Sra Clementina Godinez, gerente del Cine Vera

«El viernes era un gentío porque era 2x1, y aprovechaban las familias. Era lo bonito, que era muy familiar, llegaban con niños chiquitos, grandes, de todas las edades, entonces como era barato y era 2x1 se llenaba. Sí, era muy bonito. Mucha gente lamentó que lo clausuraran porque decían que un cine popular así, daba más facilidad a la gente para salir con toda su familia, para convivir».

Personal de Cine Vera en fiesta

El Cine Vera, particularmente, empezó a ser presionado por intereses políticos y dueños de otros cines que apenas emergían, por lo que tuvo que cerrar en el 87. El Cine Vera se encontraba en la calle Juárez, a un costado de la parroquia, mientras que el Cine Lagos, que proyectaba películas para los curros de Lagos, como cuenta la señora Clementina, se encontraba en la calle Agustín Rivera.

La señora Clementina también cuenta algunas anécdotas acerca del recinto y las personas que iban. Dice que en ocasiones las personas entraban y al encontrarse con un conocido preferían quedarse en el vestíbulo platicando. Otra de esas historias es que había un señor que todos los días iba al cine a dormir después de la jornada laboral, pues decía que en su casa sus nietos, que eran muchos, no lo dejaban descansar.