José Rosas Moreno: El Hombre de letras del siglo XIX




Por Paúl Martínez Facio

El 14 de agosto de 1838 nació en Lagos de Moreno quien a la postre sería uno de los más prolíficos escritores laguenses; ampliamente conocido a través de su faceta como fabulista, al grado de que se le ha dado el mote de “El Fabulista de América”, pues en este género no tuvo, ni ha tenido par en el continente:

«Rosas Moreno es reconocido sobre todo por su obra como fabulista, indudablemente que en lengua española, en américa, Rosas Moreno es el más importante, está Rosas Moreno como fabulista, a la altura de los españoles, como Iriarte, Samaniego, pero reducir la figura literaria de José Rosas Moreno, únicamente a su carácter, a su faceta de fabulista, es hacerle un flaco favor, porque Rosas Moreno es un poeta de primer nivel»,  comparte su biógrafo, el maestro Rogelio López Espinoza.

En la fábula, Pepe Rosas, como lo llamaban sus contemporáneos, desarrolló un estilo único y lleno de originalidad, introdujo la fauna y la flora de la región, como rasgo distintivo supo adecuar las moralejas al contexto local.

Laguense de fuera

Rosas Moreno vivió gran parte de su vida en la Ciudad de México, lugar donde produjo la mayor parte de su obra y departió con prácticamente todos los círculos literarios e intelectuales de la época, en los cuales no sólo hizo presencia, sino que destacó, y aunque en Lagos de Moreno fue poco el tiempo que pasaba, alcanzó su obra para influenciar a otros escritores laguenses. Sobre la influencia de Rosas Moreno en los más jóvenes, la Dra. Irma Estela Guerra Márquez, especialista en el escritor, relata:

«Le rendían homenaje, escribían también sobre sensaciones y elementos de su entorno, Rosas Moreno marcó un camino hacia allá. La primera revista literaria que se publicó aquí en Lagos, que fue en 1889, por ahí más o menos, se llamó La Patria de Rosas Moreno y fue editada por José Becerra y su hermano Alfredo, Ruperto J. Aldana, también participó, eran poetas más jóvenes que le estaban dando seguimiento»

Influencia que sugiere que además de ser un fabulista sin par, Rosas Moreno ejecutó también el verso. En este sentido, nos cuenta el maestro Rogelio López, desarrollo una amplia variedad de formas: sonetos, elegías, epigramas, silvas, octavillas, todas con gran calidad y fluidez, lo que da pie a pensarlo como un poeta con un conocimiento profundo de la versificación y del idioma, sobre esto nos cuenta el maestro Rogelio:

«[José Rosas Moreno fue] un poeta romántico excelente, también con un manejo de lengua española muy profundo, y que además incursionó en el teatro, con una obra que me parece espléndida, que es Sor Juana Inés de la Cruz; pero además, es también el gran autor, en el siglo XIX por lo menos, del teatro infantil».

Como autor de una literatura para la infancia, José Rosas Moreno destacó también como el primero entre sus contemporáneos, situación que le ha valido llevar el sobrenombre de “El poeta de la niñez”, fama de la que da cuenta José  Vasconcelos en el Ulises Criollo, cuando recuerda cómo en su infancia aprendía poemas de Rosas Moreno.

Su fama como fabulista, ha hecho que la cara del Rosas Moreno poeta, sea poco conocida, y es que si bien es cierto que fue un escritor que no se restringió en tema o género, sus poemas han sido poco leídos, en parte porque en general sus obra es poco accesible, lamenta la Dra. Irma Estela Guerra:

«Gran parte de esa obra ya se ha perdido irremediablemente, otra, pues todavía están algunos ejemplares en bibliotecas en el extranjero, pero es importantísimo rescatar lo que queda de su obra, para poderla acercar a los lectores del siglo XXI, pues es uno de los escritores fundamentales del siglo XIX».

Sobre esta parte de su obra, significativamente oculta, comparte el biógrafo Rogelio López:

« Él empezó a publicar poemas muy sentimentales, muy pasionales, muy eróticos, en el buen sentido, en el estricto sentido de la palabra que es el amor a los 18 años, y tuvo una cantidad increíble de musas, y él tiene un personaje, quién sabe quién sería, Elvira. Si se hiciera una compilación de los poemas dedicados a las mujeres, por Rosas Moreno, esa antología, sería todo un libro, y ese Rosas Moreno, tampoco es muy conocido».

En su grandeza, su olvido

La fama y la repercusión de la obra de José Rosas Moreno, entabla todavía un debate inacabado, algunos destacan la importancia que el escritor cobró en vida, siendo elevado a los más altos honores de su tiempo; sin embargo, también los hay aquellos que ponen el dedo en la forma en cómo el fabulista ha perdido vigencia y conexión con los públicos actuales. Uno de los argumentos que la historia blande sobre la memoria del laguense, consiste en afirmar, que la obra de José Rosas Moreno acudió y resintió los temporales ideológicos del país:

«Hasta la caída del régimen de Porfirio Díaz, los libros de Rosas Moreno, eran libros de texto, eran lecturas obligadas en las escuelas, obviamente al advenimiento del Nuevo Régimen, pues todo lo porfiriano, todo lo porfirista, había que quitarlo, entonces ahí sale también la lectura de las obras de Rosas Moreno; pero por ejemplo, como prueba de esta importancia, en uno de sus libros autobiográficos, que se llama Ulises Criollo, Vasconcelos hace memoria, de cómo él en su infancia, en la escuela, aprendió poemas de Rosas Moreno» explica el maestro Rogelio López.

Rosas Moreno fue un escritor multifacético. Como todo hombre de letras del siglo XIX, tuvo una constante participación en la vida pública del país, como político llegó a ser diputado local para el congreso de Guanajuato y en el ámbito federal alcanzó una curul  Congreso de la Unión; participó en la formación de la conciencia nacional en el espacio pedagógico en donde destacó por su participación en la elaboración de libros de texto y desde luego en el campo literario.