Coyote, colmillo del desierto y semiárido




Por Roberto Castelán López

[audio mp3="http://udgtv.com/wp-content/uploads/2018/03/Coyote_RobertoCastelanL_03272018.mp3" autoplay="true"][/audio]

El coyote, o Canis latrans para la nomenclatura científica, es una especie de carnívoro mediano característico en un gran número de ecosistemas diferentes. No debe confundirse con el lobo, a pesar de ser muy similares y pertenecer a la misma familia, las diferencias morfológicas son evidentes para cualquier buen observador.

Los lobos son mucho más grandes, mientras que los coyotes tienen el cráneo más alargado y las orejas más estrechas y prominentes. De hecho, donde encontramos lobos pocas veces encontramos coyotes, a excepción de algunas regiones en donde se cree, estos pueden llegar a cruzarse.

Los coyotes son animales muy adaptables. Tienen una alta tolerancia hacia el ser humano, por lo mismo, las grandes extensiones territoriales que ocupan a veces incluyen zonas habitadas como lo son suburbios, presas, campos de siembra o agostaderos de ganado, a tal grado que su distribución se amplió después de que las civilizaciones comenzaron a extenderse.

Actualmente, lo encontramos de Alaska hasta Centroamérica, siendo muy común en esta región de los Altos de Jalisco. Su dieta consta de carne de mamífero en un 90%, entre liebres, conejos, roedores, ardillas y algo de ganado. También pueden alimentarse de aves, serpientes, insectos, carroña e incluso frutos, como los arándanos, las moras y las peras.

Se sabe que en algunas regiones se asocian con los tejones para cazar de manera más eficiente; el coyote es rápido, y cuenta con un excelente sentido del olfato, mientras que el tejón es excelente cavador y puede sacar a los animales de su madriguera para que el coyote les de muerte. Según quienes han presenciado este acontecimiento, comparten la presa después de cazarla.

Fotografía de APFF Campo Verde - RPC Madera, CONANP, tomada de naturalistas.mx

Los caninos, son mundialmente reconocidos por su capacidad de formar manadas jerarquizadas. En el caso de los coyotes, estas manadas están compuestas por miembros de la misma familia, llegando así a varias generaciones en un mismo grupo. Sin embargo, la densidad de las mismas puede variar de región en región, e incluso, se pueden llegar a observar coyotes solitarios que triunfan en el ecosistema.

En el caso de Lagos de Moreno y sus alrededores, los grupos son numerosos, y se les puede escuchar aullar durante las primeras horas de luz y al ocaso. Aquí podemos mencionar que son animales muy vocales, realizan numerosos sonidos que les ayudan a comunicarse y delimitar territorios con otras manadas.

El coyote alcanza la madurez sexual a los nueve meses, y una vez que el macho corteja a la hembra pueden permanecer juntos por varios años, por lo que se dice que son casi monógamos. Después de un periodo de gestación que ronda los 63 días, la madre da a luz a un número aproximado de 6 crías por camada, que en pocos meses dejan la madriguera para unirse a sus padres en la cacería. En libertad, los coyotes llegan a vivir hasta 10 años.

Fotografía de Carlos Velasco, tomada del sitio naturalista.mx

Como ya se había mencionado, son carnívoros muy abundantes, y sus poblaciones van en incremento según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Por ello, observarlos y escucharlos no resulta para nada complicado, solo hay que considerar sus señas de campo para no confundirlo con otros cánidos: el dorso puede presentar coloraciones cafés amarillento a café rojizo, con ciertos destellos color negro, el vientre por otro lado siempre es claro.

También es importante fijarse en la cola, ya que esta presenta la punta completamente negra.  En las poblaciones de Jalisco, el pelaje es menos denso que el que observamos en otros coyotes de regiones más frías, esto debido a que hablamos de animales activos que recorren grandes distancias y necesitan mantenerse frescos. Aunque son principalmente nocturnos y crepusculares, se las ha observado también de día, sobretodo cerca del municipio de Unión De San Antonio.

Tienen un papel importante en el ecosistema y en las cadenas alimenticias, ya que regulan directamente las poblaciones de mamíferos pequeños. Por cierto: sí comen correcaminos, pero no tan frecuentemente, pues es más afín por otras presas.