Coaccionar o condicionar el voto, es delito electoral
Fotografía: Medios




Por Paul Martínez Facio

En México el voto que se ejerce debe ser  libre, secreto, directo, intransferible y universal. Sin embargo, tristemente estos atributos no siempre han sido respetados, pues históricamente los partidos políticos han infringido en cada proceso electoral una o más de estas garantías, siempre con los visos de mantener o conseguir el poder político. Así lo explica el Lic. Oscar Eduardo Macías Sánchez, vocal ejecutivo de la 02 Junta Distrital Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral en el estado de Jalisco:

«Cuando un candidato o un partido político siente que no tiene las preferencias electorales todas de su lado, pues lo que va a buscar es acudir a los electores que pueden ser en un momento dado más vulnerables, y los más vulnerables desde el punto de vista económico, serían las clases más marginadas, que su voto vale igual que los que tienen dinero o los que tienen instrucción… eso los hace más vulnerables y efectivamente hay partidos políticos, hay candidatos que acuden con esas clases sociales para tratar de comprar, de coaccionar, para tener mayores votos o mayores dividendos en los procesos electorales».

Y es que ante las condiciones de desigualdad que permean en la sociedad mexicana, el voto ha sido visto como una moneda de cambio que los partidos políticos negocian durante los procesos electorales, a veces mediante la compra directa, otras de manera alternativa ofreciendo bienes (despensas), o condicionando servicios o apoyos sociales, lo que por principio representa un delito.

«Ofrecer un bien en dinero o en especie, para obtener la preferencia o para obtener el voto, también el hecho de presionar o coaccionar al elector condicionándole la prestación de servicios, condicionándoles los apoyos que por derecho tienen que dar los tres niveles de gobierno, tanto el nivel municipal, como el nivel estatal o el nivel federal, el hecho de coaccionar, de condicionar el voto, es también un delito electoral», añade Macías Sánchez.

Ante estas condiciones, lo principal es defender, ejerciéndolo, el derecho a un voto libre, además de presentar la denuncia correspondiente en caso de detectar alguna de estas malas prácticas, ya sea en carne propia o incluso si se es testigo de ello.

Oscar Eduardo Macías Sánchez, vocal ejecutivo de la 02 Junta Distrital Ejecutiva del INE

Además, comparte, sobre los procesos electorales en el país, se han creado tres grandes mitos o mentiras:

«Los tres mitos que se manejan en los procesos electorales en las elecciones en México son: “Los partidos políticos y el gobierno ya decidieron quién va a ganar la elección”, ese es un mito, una mentira. El segundo mito es “Los partidos políticos y el gobierno pueden cambiar el resultado de las elecciones después de que el elector ejerza su derecho al sufragio el día de la jornada electoral”, ese es otro mito y otra mentira; y el tercer mito es “que los partidos políticos y el gobierno pueden saber por quién voto el ciudadano”, ese también es un mito».

Apunta el vocal, al difundir este tipo de rumores se busca desanimar la participación de los ciudadanos que no pertenecen a un partido político, pues al reducir el número de electores, los partidos políticos pueden hacerse de la contienda con bajos porcentajes de preferencia.

Situación que pudimos constatar en la elección presidencial del 2012, en la que el candidato que finalmente resultó ganador obtuvo apenas un 38% de las preferencias, es decir, ni siquiera la mitad de los electores posibles.