Nuevo arzobispo de México se compromete a trabajar con gobierno y sociedad




Ciudad de México, México.

El nuevo arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, expresó hoy al asumir el cargo en la Catedral su compromiso de actuar con instituciones oficiales y privadas en la resolución de los problemas que aquejan al país.

Después de recitar la profesión de fe católica, el nuevo líder de la Iglesia pronunció un mensaje en el que sostuvo que la libertad religiosa "implica la posibilidad de interactuar como iglesias o como creyentes con todas las instituciones oficiales y privadas para buscar el bien de nuestra sociedad".

"La convicción religiosa, o de fe, motiva y orienta la conducta personal del ciudadano, que lo lleva a organizarse con otros para un bien social. Y la Constitución establece el marco legal indispensable para la conducta social", manifestó.

Declaró que los problemas y conflictos de la sociedad han crecido y que "el factor de la globalización los ha vuelto más complejos".

Sin embargo, añadió, "la voluntad y la disposición de generar los proyectos para superarlos harán viables los caminos de reconciliación que tanto necesitamos en nuestra patria y de justicia para todos, que nos conduzcan a la anhelada equidad social y tengan como fruto la paz y la seguridad".

De acuerdo con el prelado, ello facilitará "crear un marco de libertad que permita desarrollar las habilidades y capacidades de los ciudadanos y así lograr vida digna para todos".

Aguiar fue recibido en el altar mayor de la Catedral para su toma de posesión por el arzobispo saliente, Norberto Rivera Carrera, quien pronunció un discurso en el que dijo que deja el puesto "con la satisfacción del siervo que ha dado lo mejor de sí".

Nacido el 9 de enero de 1950 en Tepic, Nayarit, en el seno de una familia muy devota, Aguiar ha sido toda la vida una figura activa dentro de la iglesia Católica.

En 2009 fue nombrado arzobispo de Tlalnepantla, Estado de México, cargo que ahora deja para hacerse cargo de la principal arquidiócesis de un país con un 82,9 % de la población que se declara católica, de acuerdo con el censo de 2010.