México: de la tristeza profunda a la euforia extrema en los Panamericanos
La gimnasia rítmica mexicana pasó de la tristeza profunda a la alegría extrema en los Panamericanos de Santiago, cuando el sueño de ir a los Juegos Olímpicos de París 2024 se hizo realidad poco después de haber sido descartado. Foto: Conade




Santiago de Chile.

La gimnasia rítmica mexicana pasó de la tristeza profunda a la alegría extrema en los Panamericanos de Santiago, cuando el sueño de ir a los Juegos Olímpicos de París 2024 se hizo realidad poco después de haber sido descartado.

México se colgó la plata en el concurso completo y esa medalla pesó tanto como si hubiera ganado el oro, pues otorgaba el anhelado pase a la Ciudad de la Luz.

Y es que el país de las rancheras, los tacos y el guacamole nunca ha participado con gimnasia rítmica en una justas de los cinco aros.

De ahí la euforia. Va a hacerlo por primera vez en los más importantes juegos deportivos del planeta.

Un logro conjunto de Julia Gutiérrez, Ana Flores, Kimberly Salazar, Adirem Tejeda y Dalia Alcocer, las integrantes del equipo mexicano.

"¡Viva México!", "!Nos vamos a París!" gritaban ante la prensa luego de colgarse la medalla en una emoción gigante que hasta intentó aplacar la alegría de las brasileñas, que también entraban sonrientes al lugar del encuentro con los medios.

Y es que Brasil también fue protagonista de la felicidad de México.

El pase lo obtuvo México, porque el campeón Brasil ya se lo había ganado en el mundial de Valencia.

Si algún otro país se hubiera colgado el oro, se habría quedado con el cupo para ir a la capital francesa apagando la ilusión mexicana.

Igual sucedió en el individual completo. 

Fue en ese concurso donde Barbara Domingues se subió al máximo lugar del podio, un sueño que también tenía Marina Malpica.

La mexicana, que se había llenado de oros en los Juegos Centroamericanos sabía que la pelea sería dura y se fue con todo desde el inicio.

Alcanzó a subirse al podio en las primeras eliminatorias logrando un tercer lugar que podía ser segundo, si una mezcla de habilidad, destreza y suerte confluían.

  • No se dio. Un error al final de su última presentación echó todo por la borda. Ella lo supo de inmediato y así lo decía su angustiada mirada enfocada en un primerísimo primer plano por las cámaras de la organización.

El sueño se desmoronó para ella... momentáneamente. Podrá intentarlo de nuevo el próximo año en el campeonato continental.