Lagos de Moreno, Jalisco

Lucía Torres Amador, quien está al frente de uno de los estudios fotográficos más  representativos de Lagos de Moreno, nos comparte su experiencia en este arte. 

Por Luz Atilano

Las nuevas tecnologías han vuelto accesible para una gran mayoría de las personas la captura de imágenes y momentos por medio de una fotografía. El paso de lo análogo a lo digital, incluso ha facilitado el trabajo a quienes ejercen este arte como oficio o profesión. No obstante, en la actualidad se sostienen varios negocios tradicionales. Estudios fotográficos que ofrecen a la población servicios como restauración de fotografías antiguas, ampliaciones y reducciones, enmarcado y fotografías de identificación requeridas para distintos documentos.

Así ocurre con el estudio Imagen, ubicado en calle José Rosas Moreno, sólo a unos  pasos del teatro con el mismo nombre. Lucía Torres Amador es quien se encuentra al frente desde hace cerca de 30 años, pues cuenta que éste fue fundado por su padre, José Trinidad Torres Campoa, desde hace casi 60 años, luego de haber laborado en un prestigioso estudio en la ciudad de Guadalaraja.

Una vida rodeada de imágenes en rollos fotográficos, de trabajos manuales y de técnicas para mejorar los resultados finales, de aprendizaje al lado de su padre y por supuesto, de actualización constante, de adaptación a las nuevas formas.

“Yo crecí aquí, toda mi vida la he pasado aquí. Ya desde antes de los 10 años a mí me enseñaron lo que era el trabajo. Todavía había en ese época, aunque ya no se usaba mucho, el revelado de fotos a blanco y negro, así fue como me lo enseñaron. Y luego ya todas las técnicas de fotografía, el retoque, el revelado, la impresión, el iluminado todavía me tocó un poco pero estaba muy niña… el iluminado de las fotografías era a mano, con pinturas al óleo. Todo eso me lo enseñaron pero hace muchos años, era una niña de máximo 10 años y ya estaba haciendo todo eso porque yo siempre permanecía aquí con mi papá y esas técnicas que se usaban en fotografía las aprendí. No duré mucho tiempo trabajándolas porque luego ya apareció el color y meramente se dejó todo eso atrás. Pero son muchos años, crecí al lado de mi papá, el tiempo que estuvo con nosotros antes de fallecer él, aprendes a ver y todo eso y te quieres enseñar, me ponía una mesita y ahí me ponía mis cosas para que me fijara y estuviera haciendo lo mismo. Así fue como me enseñaron.”

El cambio ha sido notorio. Pasar de lo análogo a lo digital vuelve obligatoria la actualización, pero Lucía Torres Amador señala que de cualquier modo la calidad de un estudio, aunque trabaje ya con formatos digitales, siempre es mejor, pues conociendo sobre el tema y sobre todas las técnicas empleadas, el resultado es más duradero. No sólo se provocaron cambios en el consumo, también en la esencia de la fotografía, cuya elaboración manual representaba más un arte.

“La fotografía era un arte. Tiene mucho de arte pero más la fotografía análoga, sí había creatividad y es muy bonito. La fotografía es muy bonita. Bueno, todo tiene sus ventajas y sus desventajas. O sea, lo otro todo era todo manual, todo era artesanal y todo eso. Era muy bonito y duradero. Ya ahora de las fotografías no sé, si son de muy buena calidad, el material con el que lo trabajas sí te van a durar, si no pues no… empiezas a ver que se empiezan a borrar, a cambiar de color, todo eso. Entonces pues es otro tipo de trabajo que no tiene la misma calidad que en un estudio puedes ofrecer pero en general pues aunque sea digital, teniendo talento, sigue siendo muy bonita.”

Ahora el fuerte del negocio son las fotos de identificación o para documentos personales y académicos. Trabajos que, comparte, procuran estar listos al día. El estudio abre desde las 9 de la mañana y conforme llegan los clientes en el transcurso del día, se van desahogando los encargos.

Lucía asegura disfrutar mucho su trabajo y del trato con las personas. Continúa y continuará hasta donde sea posible la tradición de su padre, básicamente porque le gusta y porque se trata de algo que la ha acompañado durante toda su vida.