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Por Tatiana Sánchez

A las puertas de la muerte

A las puertas de la muerte,

me encuentro en el hospital,

¡Oh! Cuán terrible es mi suerte,

mi destino ¡Cuán fatal!,

buen Jesús, a mí convierte,

tu mirada paternal.

P. E.: Haz que no lleven

mi cadáver al anfiteatro.

Poeta y literato laguense, Ruperto J. Aldana es conocido en el ámbito literario como un romántico tardío. Nació el 26 de marzo de 1859 y murió el primero de mayo de 1898, a la edad de 39 años y víctima del alcoholismo.

Como los demás escritores de su época, J. Aldana estudio en el Liceo del padre Miguel Leandro Guerra y en su juventud se trasladó a Guadalajara para estudiar la carrera de Medicina, que nunca terminó. Se desempeñó como periodista y formó parte de la “Bohemia”, grupo de intelectuales, músicos y periodistas jaliscienses reconocidos en la primera mitad del siglo XIX.

Rogelio López Espinoza, cronista colegiado, comparte algunos datos sobre su vida:

“Ruperto J. Aldana fue un poeta oriundo de Lagos, muy importante por la cantidad y más por la calidad de su obra. Él se dedicó al periodismo, pero su actividad primordial fue la bohemia, entendida como una vida sin compromisos y dedicada más que nada a la literatura, y a la creación poética. En vida llegó a ser un poeta muy solicitado y reconocido. […] Más que un periodista en el sentido moderno de la palabra, fue un escritor literario que publicaba en los periódicos y que era muy solicitado para acontecimientos cívicos. Su obra está repartida, está dispersa, en muchísimos periódicos… publicó básicamente un libro que se llamó Poesías, luego publicó por allí una obra de teatro, Tezcatlipoca”.

Características principales de su obra

Ruperto J. Aldana escribió en la época de transición entre el Romanticismo y el Modernismo. Sus poemas se caracterizan por ser festivos y por resaltar las ideas nacionalistas de entonces. De acuerdo con los cronistas Rogelio Espinoza y Dante Velázquez, su obra tiene características muy importantes: fue un hombre con un léxico y cultura muy amplia, lo cual quedó reflejado en sus textos:

Rogelio López Espinoza: “Ruperto J. Aldana es un poeta eminentemente romántico, es un romántico tardío, pero ello no obsta para que sea también un gran poeta cívico, un gran poeta nacional. Tiene poemas dedicados por ejemplo a la figura de Pedro Moreno. Toda su obra literaria la hace en Guadalajara, aunque aquí en Lagos publica también algunas obras. Gran parte de su obra es de carácter sentimental y bueno… el sentimiento no es de Lagos, el sentimiento es esencialmente humano, el sentimiento es el amor”.

Dante Velázquez: “Ruperto J. Aldana es un poeta que necesita justicia. Fue un poeta romántico que lamentablemente llegó tarde al Romanticismo, pero por la cantidad que publicó merece ser reivindicado. Publicó dos pequeños libros y uno de ellos contiene más de 100 poemas. Tiene una obra que es necesario leer para entender no únicamente a Lagos si no al Jalisco de esa época”.

Ruperto J. Aldana o Silvestre Avenas

Ambos cronistas son los principales biógrafos del poeta nacional, y de forma individual continúan en la búsqueda y clasificación de la obra del poeta. Uno de los avances en la investigación de Dante Velázquez, señala la posibilidad de que Ruperto J. Aldana, pudiera haber utilizado el seudónimo de Silvestre Avenas para algunos de sus textos:

“Parece que Silvestre Avena es un seudónimo de Ruperto J. Aldana que se incluyó en la Antología de poetas laguenses, no existe el personaje como tal y en esa antología se publican también una serie de sonetos con ese nombre, yo supongo que es Ruperto J. Aldana porque es el autor que le antecede. Fue un autor muy prolífico del cual sí hay una gran cantidad de obras que valdría la pena recuperar. Lo único que te puedo decir es que en esa antología el nombre de portada de Silvestre Avena aparece con letras más pequeñas que el de Ruperto J. Aldana”.

Si bien es cierto que es un poco aventurado hacer tal afirmación, Velázquez menciona que es una posibilidad que no se puede descartar. En este sentido, habrá que continuar investigando, también como una forma de justicia para el poco conocido periodista y poeta cívico.