Auto empleo como apoyo extra a la pensión
Vehículos en el centro de Lagos de Moreno




El señor Juan nos comparte un poco sobre su día a día cuidando vehículos. Te compartimos el Perfil Laguense de esta semana

Por Luz Atilano

Todos los días el señor Juan se dirige al estacionamiento público de una de las tiendas de gran almacén en el municipio. Lugar en el que labora durante el turno matutino, de nueve de la mañana a tres de la tarde, cuidando todo tipo de vehículos y ofreciendo ayuda a los usuarios sin cobro alguno, pues recibe únicamente lo que las personas deciden aportarle.

A sus sesenta años de vida ha tenido que recurrir a esta alternativa de autoempleo, en la que lleva cerca de dos años. Y ello, comenta, debido a que la pensión que recibe por su ultimo empleo formal es muy poca y no le alcanza para sostener los gastos de la casa, que comparte con su esposa y tres nietos:

“Somos cinco en la casa, me toca mantener tres nietos que tengo, el papá los dejó y la mamá se fue con otro y ellos no la quieren seguir, entonces están con nosotros. Yo tengo que sacarlos adelante, bien o mal yo tengo que sacar para darles de comer, por un peso o dos pesos que nos dan”.

Los ingresos que recibe en este empleo no lo mantienen del todo, son muy variados y tan sólo le sirven para solventar algunos de los gastos que se ofrecen. Este es un apoyo extra. Y es que, comenta, cada día es diferente, no cuenta con un salario fijo ni con alguna prestación o beneficio además del permiso para laborar que le da la empresa. Como él mismo dice, «nunca se sabe».

“No me están pagando, no tengo un salario fijo que tú digas «yo te pago cada ocho días, te estoy pagando tanto y punto». No, no, aquí hay quien me da un peso, quien me da un tostón, quien me da 30 centavos… porque hay personas que nos han dado eso, 30 centavos”.

A pesar de todo, la honradez y la humildad son dos virtudes del señor Juan, y ambas pueden comprobarse al dejar en su cuidado el vehículo. Él comparte que aunque la responsabilidad que asume durante su empleo es mucha, nunca ha cobrado o establecido cuotas. No exige un pago a los clientes, pues comprende que por la situación económica del país, en ocasiones es imposible incluso para ellos dar alguna propina por el servicio que él y sus compañeros ofrecen.

“No pues nosotros no tenemos ese tema de pedirles, aquí lo que sea su voluntad. Aquí el de la bicicleta me acaba de dar tres pesos, a veces me dan un peso… o sea, a según lo que sea la voluntad de al que le cuide. Que si todos tuvieran voluntad de darnos, sí nos llevábamos unos 50 o 100 pesos, porque estamos aquí a lo que nos dé la gente, quien nos da un peso, quien nos da dos pesos, un tostón. La verdad es que a veces sí de a tiro no nos dan nada…”.

Así, de manera completamente voluntaria, el señor Juan se gana la vida. Yéndose a casa con 70 pesos en los días que le va bien, con 20 o 30 cuando el día no le favorece, «viviendo al día». Para completar las tortillas aunque sea, comenta, pero siempre con gusto, pues del modo en que él preste el servicio de cuida carros, o como suele llamárseles “viene, viene”, a los usuarios del estacionamiento, depende la gratificación que reciba por hacerlo.

En todo momento, repite, es la voluntad de ellos la que le permite irse con algún ingreso, y lo que más agradece es que cualquier apoyo le sea brindado sinceramente, de corazón. Cuando siente que la propina es aportada de este modo es cuando disfruta más de su trabajo y siente que el dinero le rinde más.