Estigmatización obstaculiza igualdad en trabajadoras sexuales




Autlán de Navarro Jalisco.

En un mundo donde la igualdad y la inclusión son valores fundamentales la realidad de la prostitución femenina sigue siendo un tema polémico que levanta debates morales y sociales.

La doctora Natasha Ekaterina Rojas ha destacado la urgente necesidad de reconocer los derechos de las trabajadoras sexuales y abordar los prejuicios arraigados en la sociedad.

En su investigación encontró que si bien las mujeres que se dedican a la prostitución no se sienten inherentemente menos dignas o valiosas son las actitudes discriminatorias y el rechazo social los que más impactan su calidad de vida y bienestar.

La investigación basada en entrevistas y testimonios de trabajadoras sexuales arroja a la luz sobre la intensidad del rechazo social que enfrentan a pesar de tener los mismos derechos que cualquier otra persona.

Desde hace algún tiempo hemos tomado esta esta temática como parte de de proyectos de investigación que hemos estado desarrollando, nace con una inquietud , precisamente a partir de pláticas sobre este tema con con algunos compañeros colegas y decíamos que bueno a veces, estigmatizamos, rechazamos hacemos a un lado a las personas que se dedican a prestar el sexo servicio y al final de cuentas es eso, un servicio. El problema está en que bueno jurídicamente no está tipificado, no está previsto en la en la ley como tal, incluso, bueno, se llega a considerar, que es un mal necesario, así lo han etiquetado algunas personas incluso algunos autores, algunos otros lo describen como el oficio más antiguo del mundo y lo observan desde esa perspectiva como un oficio otros con la perspectiva de que es un servicio y otras personas igual lo lo hacen referencia como que es una acción este negativa para la sociedad otros desde un punto de vista religioso con que es un pecado un pecado mortal y bueno, lo pueden etiquetar desde diferentes perspectivas, no, ¿Qué hay detrás de una prostituta? Yo le podría decir, hay una mujer, hay una madre de familia, hay una estudiante en ocasiones, hay este una hermana una hija, podríamos encontrar con que también tenemos una trabajadora a final de cuentas

Según la doctora las mujeres no se sienten inherentemente con menos integridad debido a su trabajo sin embargo, señala, que en los entornos donde conviven con más personas es donde experimentan el rechazo y la estigmatización por parte de la sociedad.

Bueno, ellas, se sienten de alguna manera como pues sí libres para realizar esa actividad, ninguna de las que entreviste esta coaccionada y lo hace de una manera voluntaria, se sienten dignas en cuanto a su persona, pero como lo refería a ese momento, ya cuando, están en un ambiente, digamos, social o externo al espacio en el que trabajan y las personas saben a qué se dedican si ya existen, una especie de rechazo, incluso alguna refirió en una ocasión, es que hasta la vecina ya nos ve feo cuando ya sabe que que yo me dedico a esta actividad o amistades les han dejado de hablar

El estudio de la doctora sirve como un recordatorio contundente de la urgencia de abordar la estigmatización de las trabajadoras sexuales desde una perspectiva de derechos humanos, solo mediante la promoción de la comprensión, la empatía y la igualdad de oportunidades se podrá construir una sociedad verdaderamente inclusiva y justa para todos y todas.


Jacqueline Contreras