Ante crisis por coronavirus, organilleros apenas sacan para comer
Fotografía: Violeta Meléndez




Guadalajara, Jalisco. 

Marisela Martínez viene de una familia de organilleros de la Ciudad de México pero desde hace más de 15 años decidió establecerse en Guadalajara. Diariamente se traslada hasta el Centro Histórico para reproducir con su organillo la música que forma parte de la identidad sonora y cultural de la ciudad, y que además, le da el sustento diario.

Pero a raíz de las medidas de distanciamiento social por la pandemia de coronavirus, el

escenario para Marisela se ha vuelto crítico. Aunque ella sigue tocando diariamente en el centro, las calles se han vaciado y con ello su ingreso se ha reducido hasta 80 por ciento.

Marisela está enterada de los programas sociales extraordinarios que emprendieron los

gobiernos municipales y estatal para obtener recursos en esta temporada crítica, pues el

organillo es la única fuente de ingresos que tiene para ella y su hija, pero por la dificultad que encontró para darse de alta desertó del trámite.

Por ahora, aspira a seguir musicalizando las calles del centro histórico a pesar de la gran

cantidad de comercios cerrados y la baja afluencia, aunque signifique una jornada más larga con menos remuneración.

La organillera exhortó a la población a ser solidarios con quienes viven al día, como es su caso, y a las autoridades a facilitar los trámites para acceder a los apoyos económicos.