Ciudadanos de pie, el eje del nuevo desarrollo urbano




Guadalajara, Jalisco.

La ciudad latinoamericana está de acuerdo a las encuestas de percepción levantadas entre sus habitantes, secuestrada por intereses de sus élites, en particular, del poder de sus empresas inmobliarias. Para que esa sensación se disipe se requiere un proceso de democratización que haga que los ciudadanos pasen de ejercer el derecho de la queja, al de la corresponsabilidad, advierte el coordinador de ONU-Hábitat para México y Cuba, Pablo Vaggione Pelegrín.

Entrevistado en su visita a Guadalajara, en que acudió para establecer el Comité Interinstitucional para la Gestión de la Estrategia Territorial para la Prosperidad Urbana Zapopan 2030, una planificación premiada durante la tercera cumbre de ONU Hábitat en Quito, Ecuador, en 2016, pero no había sido convertida en realidad, Vaggione Pelegrín destaca que el nuevo modelo de ciudad demanda ciudadanos activos, así como autoridades que comprendan que cualquier proceso planificador debe trascender gobiernos más allá del mediano plazo.

“Si podemos decir que aquellas ciudades que han tenido efectos transformadores muy positivos, han sabido capitalizar la inteligencia y energía de sus ciudadanos, para integrar estrategias, planes y proyectos; la cuestión es que este aporte de los ciudadanos sea desde la corresponsabilidad; que cuando se invite a los ciudadanos a participar se reconozca que el espacio de aporte no es un espacio de quejas, sino de compromiso, en que estamos intentando mejorar la política pública una ciudad, conjuntamente”.

La ciudad neoliberal es una urbe controlada por sus elites económicas, donde el ciudadano no se siente representado ni tomado en cuenta. Cambiar esa idea requiere gobiernos serios y respeto a la planificación de largo plazo.

“Una de las cuestiones que minan la confianza en América Latina es la falta de continuidad en las políticas; cuando una ciudad traza un camino y lo cumple, a través de varios términos de alcaldes, como es el caso de Medellín, con un proceso transformativo, donde hay alcaldes que cambian cada tres años, pero que todos han seguido con la misma idea, la percepción cambia; aquí es ver cómo dotamos de continuidad a las políticas, [ejercer] la ciudadanía es una herramienta importante para la continuidad de las políticas, y otro es el establecimiento de entidades de gestión a nivel municipal, que también puedan dar continuidad más allá de los tres años delos gobiernos. La implementación de una estrategia no se hace en un día o en dos, sino en varios pasos”.

Un aspecto fundamental es mandar mensajes claros, por medio de proyectos de corto plazo que demuestren la seriedad de las propuestas. Trabajo en el que se empeñarán dentro de este mismo año en la mesa de estrategia territorial, un proyecto terminado hace más de tres años, y que parece que finalmente cobrará vida.


Agustín Bernardo Del Castillo Sandoval