Inmediatamente después de bañarse en sangre de león, el tío Ilich González baja al sótano a contarnos cómo le cambiará el rostro al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación… sin tocarle un solo pelito a la maestra Elba Esther Gordillo. Afirma que no todo está perdido y que la lucha sindical para una de las profesiones más nobles del mundo tendrá mejor destino que bolsas de mano que cuestan cientos de miles de pesos.

Deja un Comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here