Casi cuarenta años de tradición familiar y echándole para adelante




Lagos de Moreno, Jalisco

Don Juan Aranda Flores, dueño de la fábrica Lácteos Tío Juan, relata cómo ha crecido su empresa de dulces de leche y ate de guayaba, un negocio familiar que está cercano a cumplir cuarenta años, a propósito del Día Internacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa.

Por Gabriela Arreola

Este año, la Organización de las Naciones Unidas designó el 27 de junio como el Día Internacional de la micro, pequeña y mediana empresa, para resaltar el papel que tienen estos negocios en el desarrollo sustentable y la economía de los países

En Lagos de Moreno contamos con algunas empresas de este tipo que se dedican a elaborar diferentes artículos y alimentos representativos de la región, tal es el caso de los jamoncillos y dulces de leche que identifican a los Altos de Jalisco.

Una de estas fábricas es Lácteos el Tío Juan, misma que se encuentra cerca de cumplir cuarenta años de haber nacido, su fundador es don Juan Aranda Flores, quien junto a su familia ha visto crecer el negocio a través del tiempo.

Y así fue, poco a poco, ya teníamos seis trabajadores, fue aumentando el personal y aumentando la producción, y ahorita estamos trabajando ya con caldera, ya trabajamos 3200 litros (de leche) al día.”

Don Juan cuenta que el origen de la fábrica de dulces se remota a los años ochenta, todo surgió un día cuando quiso consolar a uno de sus cuñados que estaba triste porque se le habían muerto unos puerquitos, Don Juan, que tenía dos vacas, le dijo que no se preocupara, que rentara un cazo e hiciera dulces con la leche de su ganado. Fue un conocido y amigo de Don Juan quien les enseño el proceso de elaboración.

Se llama Carmelo López, él trabajaba en una dulcería en Guadalajara, se vino para acá, yo sabía que él trabajaba , yo tenía muchas nociones, yo ya había trabajado allá en esa fábrica, yo sabía cómo era todo, pero no sabía bien a ciencia, ya con el tiempo pues nos fuimos enseñando y perfeccionando el dulce.”

Al tratarse de una empresa familiar, su esposa y sus hijos fueron quienes contribuyeron a que el negocio de Don Juan creciera hasta lo que es hoy día, de igual manera, con el tiempo tuvo que contratar personal, e incluso mudarse de casa y rentar bodegas.

Empezó a ayudarme también mi mujer, que fue mi brazo derecho, después fueron creciendo mis hijos y ya ellos saben hacer el dulce, después crecieron más y ahora son ellos los que reparten el dulce, pues ya le digo, a bastantes estados de la república.”

Don Juan se siente orgulloso de haber forjado su negocio, dice que no es cuestión de suerte ni de secretos, se trata de dedicación, paciencia y de ser cuidadoso con el dinero.

Me siento satisfecho de la vida que dios me ha dado licencia de lograr mis metas y las he cumplido y me siento a la vez muy tranquilo y a la vez muy satisfecho. El secreto pues no es secreto, la cuestión para lograrlo es el ahorro, esto se lleva tres o cuatro años para poder decir, ahora sí voy a tomarme un refresco a gusto, estamos ahorita, echándole ganas para adelante, tenemos que estar seguros de él y seguirle apostando al negocio.”

A pesar de que Don Juan, su familia y sus trabajadores han tenido que enfrentar algunos tropiezos en el camino, han sabido salir adelante, en la actualidad las diferentes presentaciones de dulces de leche y ate de guayaba se venden en otros estados de la república, también en la región y Lagos de Moreno; seguimos para a delante, repite muy seguro don Juan.