Wixaritari no cuentan con internet ni computadoras para clases en línea
Fotografía: EFE/Ulises Ruiz Basurto / Referencial




Guadalajara, Jalisco.

No cuentan con energía eléctrica. Mucho menos, con internet. Esa es la realidad de las comunidades wixárika de Jalisco, donde no son comunes las computadoras o teléfonos inteligentes para que las niñas y niños continúen con sus clases en plena pandemia del Coronavirus.

Así lo explicó la Maestra Alondra Barba, colaboradora de la Red CEIWYNA y el programa intercultural ITESO.

"Y para poner el dedo ahí en la llaga, ni siquiera la luz eléctrica es continua. En el temporal de lluvias la luz se va continuamente. Ni el internet, ni las herramientas como la televisión son útiles para esto. La comunidad educativa ha empleado todos los recursos en sus manos, recurso económico también, para que el ciclo continúe y hace evidente esta enorme desigualdad que no fue considerada al momento de aplicar estos lineamientos de la Secretaría de Educación Pública".

Ella participó en el el Webinar organizado por la UdeG denominado “Impactos del Covid en la comunidad Wixárika”, moderado por la periodista Ivabelle Arroyo.

"La falta de clases presenciales lo que derivó es que un número alto de jóvenes salieran de las comunidades trabajar en los campos agrícolas porque los gastos no cesan en los hogares. Los mayores retos que han presentado los compañeros es reestructurar todas las prestaciones, experimentar estrategias. Afortunadamente no existe ni un caso de #COVID19 en las comunidades, pero aún así no pueden tener clases presenciales".

Los padres, dijo, no están tan preocupados por la falta de clases porque los jóvenes asisten a las festividades tradicionales o a sembrar. Y eso pone el dedo en la llaga: el calendario escolar no es compatible con el calendario de la vida cultura wixárika.

Señaló además que la Red CEIWYNA está integrada por secundarias y bachilleratos interculturales de esta región wixarika y defiende el derecho de las comunidades a una educación propia, en base a su lengua y tradiciones pero la respuesta del estado para validar este sistema ha sido nula y se ha impuesto el modelo convencional en estos planteles.