La Villa Panamericana: una década de polémica ecológica e inmobiliaria
Fotografía: Ricardo Chavarin.




Guadalajara, Jalisco.

Tras una década de haber sido edificada la Villa Panamericana, el magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado (TJAE), Laurentino López Villaseñor, destrabó el conflicto en un inmueble que acumula 85 amparos, además de un decreto estatal que protege a la zona de El Bajío y decenas de propuestas para que el complejo de departamentos, que fue construido durante la administración del gobernador panista Emilio González Márquez y el alcalde de Zapopan en ese periodo, Héctor Vielma, no fuera habitable.

Por su alta fragilidad ecológica, fueron muchos los proyectos que propusieron los organismos no gubernamentales para darle un uso a los edificios que comprenden la Villa Panamericana; entre ellos un hospital, un asilo o hasta un edificio tecnológico. Ninguno se aceptó.

En menos de tres meses de haber asumido el cargo, el actual alcalde de Zapopan, Juan José Frangie, del partido Movimiento Ciudadano, dijo que el municipio de plano se quedó sin recursos legales para revertir la resolución.

En este proyecto, el Instituto de Pensiones de Jalisco (Ipejal) fue socio capitalista, y este 20 de diciembre de 2021 la empresa inmobiliaria Green Life Capital, obtuvo el aval para habitar 650 departamentos de la Villa Panamericana. El Instituto ve allí una buena oportunidad para recuperar la inversión de los trabajadores que se hizo dos sexenios atrás.

El complejo de edificios en la zona de El Bajio fue construido en 2011 para hospedar a siete mil 500 deportistas que participaron en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, tras desechar otras opciones de vivienda como el Parque Morelos: el llamado “Proyecto Alameda”, del entonces alcalde panista de Guadalajara, Alfonso Petersen, quien destinó 400 millones de pesos para estudios del sitio donde podría albergarse el complejo de departamentos, e incluso se adquirieron viviendas, pero este proyecto no fue viable.

Otra propuesta más fue en el Disparate, en los márgenes de la Barranca de Huentitán, pero el plan tampoco prosperó porque había rumores de que colaboradores del entonces gobernador, Emilio González Márquez, serían los principales beneficiados.

Fue entonces que el mandatario estatal panista, el 25 de marzo de 2011, asignó el proyecto inmobiliario al Grupo Corey, que costaría mil 200 millones de pesos, en donde el Instituto de Pensiones del Estado participó con un recurso de 340 millones de pesos y el Instituto Jalisciense de la Vivienda invirtió 860 millones más, para realizar cuatro edificios con 924 apartamentos, además de 24 locales comerciales de la Villa Panamericana, en 17 hectáreas.

Actualmente, un departamento en ese complejo va desde los dos millones 800 mil pesos a los tres y medio millones de pesos.

En octubre de 2011, justo después de concluyeron los juegos Panamericanos, se documentó que las aguas negras de la Villa Panamericana se descargaron en un pozo de absorción, hecho que afectó a los mantos freáticos desde los cuales se toma agua para distribuir a las colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

El magistrado Laurentino López Villaseñor, quien determinó la habitabilidad de la Villa en beneficio de los empresarios constructores, fue ratificado en 2019 para continuar en el cargo durante 10 años más, y fue la mayoría de los diputados de Movimiento Ciudadano (MC) de la anterior Legislatura quienes dieron su autorización.


Henry Saldaña