UdeG rinde homenaje luctuoso al activista y luchador social, Samuel Meléndrez
Fotografía: Fátima Aguilar




Guadalajara, Jalisco.

Familiares, amigos, académicos y académicas, así como autoridades de la Universidad de Guadalajara (UdeG) rindieron un homenaje luctuoso de cuerpo presente al líder del Partido Comunista Mexicano (PCM), Samuel Meléndrez Luévano, en el auditorio Salvador Allende del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), el que fue su casa como investigador del Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales (Desmos).

Jaime Tamayo Rodríguez, académico de la Universidad de Guadalajara, así recordó a su amigo Samuel Meléndrez, activista y luchador social.

“Un hombre que desinteresadamente se incorporó y participó en todas las luchas que este país refirió. Un hombre que mantuvo la valentía siempre y hasta el último momento en esta lucha por el socialismo, en esta perspectiva que compartía con algunas figuras, como Arnoldo Martínez, de lo que podríamos denominar como el comunismo democrático”.

Anécdotas familiares, sus aportes políticos a Jalisco y el país, así como su defensa por la democracia y los derechos humanos en un contexto a nivel estatal enmarcado por la represión en la década de los 70, fue lo que destacaron colegas, amigos y familiares. Habla su hijo, Samuel Meléndrez Bayardo.

“Tú fuiste un político que vivió para la política y que evitó a toda costa aprovecharse de la política. Tu principal vocación fue el servicio a los demás. Hay políticos que creen que el poder es dominación y hay otros que creen que el poder se ejerce obedeciendo, tú fuiste de estos últimos, tuviste la conciencia que el poder que se ejerce sometiendo y coaccionando, y que la sede del poder reside en el pueblo”.

Un hombre decente, político congruente y de convicciones firmes, así fue definido Samuel Meléndrez.

Su hija, Judith Meléndrez, hizo un reconocimiento a las mujeres que apoyaron su padre y fueron vitales para los aportes de este líder social. Consideró que lucha por alcanzar una sociedad más justa e igualitaria está en el feminismo.

“Todas estas mujeres con su trabajo doméstico, su entrega, sus cuidados, y muchas veces a costa de su desarrollo personal, acompañaron e hicieron posible que mi padre sembrara su semilla de cambio. Es justo hacer un reconocimiento. Para que su lucha por la justicia trascienda habrá que hacer conciencia de la importancia de reconocer el valor del trabajo. Este trabajo que defienden y abogan las mujeres feministas, a todas ellas, muchas gracias”.

Entre aplausos y con el puño izquierdo en alto, fue despedido el cuerpo de Samuel Meléndrez.


Fatima Aguilar