Guadalajara, Jalisco.

El amor no sólo se traduce en obras, sino en las personas. De esta manera es como responde el Rector General de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ricardo Villanueva Lomelí, a las tres condiciones que puso el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, para reanudar las mesas de diálogo entre ambas instancias.

A través de sus redes sociales, Villanueva Lomelí sostuvo que, si bien su padre no fue rector de la casa de estudios, como sí lo fue el del jefe del Ejecutivo estatal

“sí fue un gran maestro que lo enseñó a conocer y amar a esta Universidad SIN CONDICIONES”.

Sobre la primera premisa “irrenunciable” que puso el gobernador sobre la mesa: no negociar posiciones de poder en organizaciones constitucionalmente autónomas o en el Poder Judicial, el Rector dejó en claro que esas discusiones son del Congreso, por lo que “no entiende por qué lo pone en la mesa el gobernador”.

Enseguida, dejó en claro que la UdeG “no está secuestrada”, y que los universitarios son libres y autónomos. Y respecto a no entregar recursos para proyectos personales, se dijo en total acuerdo, pues

“ni un peso de Jalisco debe ir a los negocios personales de nadie”.

A través de un comunicado, la Universidad de Guadalajara recordó que el objetivo del Rector es reestablecer las relaciones entre ambas instancias, por lo que la agenda a discutir está ligada únicamente al arranque del CUTlaquepaque, el crecimiento del CUTlajomulco y CUTonalá y la reactivación del CUCSH La Normal.

Adicionalmente, el acercamiento busca retomar el tema de los 140 millones de pesos ya asignados por el Congreso de Jalisco y que “se retiraron ilegalmente”, así como “los más de 40 mil nuevos estudiantes que hemos recibido en tres años sin un solo peso extraordinario”.

Finalmente, destacó que es importante que, de llegarse a dar, la nueva cita entre ambas autoridades sea respetuosa y pública, en una sesión pública y abierta ante los medios de comunicación. Y sobre las mantas y las marchas que el gobernador pidió que se retiraran, remató que “la libertad de expresión nunca debe condicionarse, mucho menos cuando se es gobernador de un Estado”.