Guadalajara, Jalisco.

Los ajustes y cambios que se esperaban en la Fiscalía del Estado, en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y prácticamente en todo el aparato de búsqueda de desaparecidos nunca llegaron, lamentaron académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Francisco Jiménez Reynoso, integrante del Observatorio de Análisis sobre Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, destacó que, pese al llamado de atención internacional que hizo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al emitir una recomendación en materia de desaparecidos, las autoridades locales mantengan a los mismos perfiles que “día con día revictimizan a las víctimas que salen a las calles a ser maltratadas y humilladas por las autoridades”.

“Este comité de la ONU hace una recomendación. La ONU viene, nos visita y escucha la problemática. Tarda de 4 a 6 meses para emitir una recomendación; sin embargo, se tomó la recomendación, pero en Jalisco se tomó para meterse en un cajón, en el mejor de los casos”.

El académico aseguró que la omisión de las autoridades es grave, y ejemplificó con el caso del comisario de Seguridad Pública de Ameca, quien sólo tenía puesta la mira de Estados Unidos por supuestos vínculos con el crimen organizado, cuando en Jalisco y en el municipio no había nada. “El alcalde hasta dijo que venía trabajando bien”.

Jiménez Reynoso sugirió que la ONU pueda darle seguimiento a sus recomendaciones para que se haga un giro de timón en la estrategia de búsqueda en Jalisco.

Recordó que la crisis de desapariciones en Jalisco se ha agravado en los últimos años. Incluso, consideró que este Estado podría ser el que más casos registra a nivel mundial.

“Hay más de 150 policías en Jalisco bajo investigación por desaparición forzada. Y son a los que se les ha podido comprobar, y decenas y decenas de mantas que señalan a policías en funciones”.

Concluyó que falta una política nacional de prevención para erradicar las desapariciones en el país, pero, sobre todo, voluntad de las autoridades para que ésta opere sin obstáculos ni corrupción.