Guadalajara, Jalisco.

La bajada al malecón de Cajititlán por la calle Manuel Villagrana, estaba llena de manjares gastronómicos: gorditas en comal a la leña, nopales y carnitas, además de actitud.

Mujeres al frente de los puestos no bajaba la guardia al invitar a visitantes, para echar un desayuno el último día del puente o fin de semana largo.

Fotografía: Jade Ramírez

Pero llegar a la ribera de Cajititlán el olor pestilente explicaba por qué seguía el personal del municipio de Tlajomulco, que a su vez son integrantes de cooperativas de pesca, estaban retirando popochas de la orilla. Estaban muertos.

Hablé con Carlos Regalado Macías, presidente de la cooperativa “El bagre y la carpa” de Cuexcomatitlán.

Asegura que el episodio de muerte masiva de peces en la laguna de Cajititlán “es normal”.

En Cajititlán evaden nombrar que la “falta de oxígeno” que argumentan las autoridades sanitarias y municipales no es por sobrepoblación del pez criollo, sino por lirio derivado de la contaminación de la Laguna.

“Es el cambio climático”

Fotografía: Jade Ramírez

Otra de las explicaciones del pescador, es que se trata del cambio climático. Sumado a que personal del gobierno municipal, está preparado para la contingencia.

La realidad es que han pasado 15 días desde que volvieron a morir grandes cantidades de peces en la Laguna.

Otro comerciante asegura que eso siempre pasa “cada que inicia el temporal de lluvia”.

Gustavo tiene 32 años trabajando en el ejido de Cajititlán, vende raspados en cono y asegura que, con o sin contaminación, el visitante sabe que, en Cajititlán, puede hacer su propia fiesta.

Fotografía: Jade Ramírez

Sin embargo, fuera de cámaras otros comerciantes reconocen que la Laguna está contaminada por los desechos tóxicos de agroquímicos de la siembra que rodea el cuerpo de agua. Refieren que es la milpa y el agave, principalmente.

Los viajes en lancha no cesaron, contó el pescador. Al rededor de 720 gana una lancha si se suben 12 personas. Y el domingo a medio día, todavía pintaba para sí, encontrar la fiesta por el Grito de Independencia, en Cajititlán.

Fotografía: Jade Ramírez