Ocotlán, Jalisco

Desde que se conoció el nuevo virus SARS-CoV-2, el ser humano ha dejado de ser el mismo con el transcurso de los días y meses, ya que no pueden llevar a cabo sus actividades de una manera formal o cotidiana, sino que deben de tomar las medidas necesarias para poder realizarlas y evitar el contacto con más personas para evitar contraer el virus.

El problema por el covid-19 llegó hasta el sector agrícola, que desde poco más de 8 meses que las personas comenzaron a resguardarse, los agricultores se dieron a la tarea de reducir su personal y tomar medidas necesarias para evitar el contagio por coronavirus.

Para Luis Carlos Salazar Olvera, agricultor de Yurécuaro, Michoacán, menciona que el problema principal que ha traído el virus:“Principalmente ha estado afectando en los aumentos en los precios de fertilizantes, agroquímicos”.

Además, también comentó que el campo tiene que seguir trabajando:

“El trabajo en el campo no debe de parar, porque las plantas no saben de enfermedades o de pandemias, ellas siguen creciendo y debemos atenderlas como se requiera, porque la agricultura es la base de la economía en México”.

El jornalero agrícola, históricamente forma parte de la explotación en las unidades de producción del sector primario, y en mayor medida de las actividades agrícolas que se determinan por las condiciones de marginación y exclusión prevalecientes en sus lugares de origen.

Por otra parte, hubo estudiantes universitarios que hace un año laboraban en el campo, pero ahora con la pandemia no pudieron encontrar trabajo. El caso de Brian Oros Tamayo estudiante de agronomía, en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, menciona que le fue difícil conseguir un empleo estable:

“El año pasado sí pude trabajar en el campo, pero por los problemas que estamos pasando, hasta el día de hoy no he podido encontrar trabajo, ya que solamente contratan a gente que se quedaría toda la temporada y yo nada más iría en mis vacaciones”.

Brian busca empleo en el campo cada vacaciones de verano, ya que con el sueldo que gana, puede ayudar en su hogar y para comprar lo que sea requerido en la universidad, lamentablemente este año no fue así.

Con relación a la PEA (Población Económicamente Activa), la población que se encuentra sin trabajar y que estuvo buscando trabajo en el mes de septiembre del presente año, fue de 5.1%, dicho porcentaje al mes de agosto fue de 5.2%. En términos absolutos, la población desocupada fue de 2.7 millones de personas.

Daniel Alcántar Ortiz, estudiante del Centro Universitario de la Ciénega en la carrera de Mercadotecnia, estuvo trabajando desde el mes de enero, pero dada las circunstancias por la pandemia fue desempleado, “Desde que me quedé sin empleo tuve que buscar otras alternativas para sacar a mi familia adelante económicamente y apoyar en los ingresos del hogar, además para poder pagar la renta de donde me quedo cuando estudio”, mencionó.

En México se estima que hay cerca de 3.9 millones de jornaleros agrícolas, de los cuales 2.5 millones son peones o jornaleros, por lo cual registran una condición de vida diferente. Más del 90% de los jornaleros mexicanos no cuentan con Seguro Social en la empresa donde trabajan, no reciben aguinaldo y tampoco vacaciones con goce de sueldo.

Por Juan Manuel Alcantar