Fe mueve a ocotlenses a celebrar a la Virgen de Guadalupe aún con pandemia
Foto: Juan Carlos Salcido




Ocotlán, Jalisco

La fe y las tradiciones, son una parte importante tanto para los individuos, como para la identidad de los pueblos. Quizá por ello durante este año 2020, en el que la vida cotidiana a sufrido cambios significativos, las actividades relacionadas a dichos conceptos han tratado de mantenerse a flote a pesar de la adversidad, tal es el caso de las celebraciones a la Virgen de Guadalupe, que en el Santuario de Ocotlán, congregaron una considerable cantidad de fieles, en las tres misas que hubo durante el día.

De cualquier manera, aunque la gente se dio cita al templo, sintieron los cambios, así lo dijo una de las feligreses Alicia Zaragoza:

“Pues la fé y la devoción es la misma, pero por ejemplo, las kermeses que se hacen para beneficio de sus arreglos y todo, no hubo, la serenata y la música también se canceló, pero la misa sí estuvo completita y además estuvo presente la fé, que es lo importante”.

Otra asistente, Lorena Flores, también expresó su sentir.

“Ha habido poca gente, todas queremos venir, pero pues no se pueden venir todos en un montón, en el transcurso del día, pues, se vuelve a llenar”.

Otros de los que resintieron esta falta de flujo de personas, fueron los comerciantes, quienes en esta fecha en particular, suelen tener un repunte considerable en sus ventas, situación que no se dió en este año, así lo dijo Juan José Bermudez, quien vende guasanas a un costado del Santuario a la Virgen.

“Sí pues, en consideración a otros años, se ha visto poca gente; por lo regular desde muy temprano sale la gente a comprar algo para botanear, ya sea guasanas, elotes o cualquier cosa, y este año se ha visto muy poca gente. No sé si sea por la pandemia o por la economía, pero sí se ha visto menos gente que otros años”.

En Ocotlán, a diferencia de otros sitios que convocan a peregrinos en esta fecha, no se cerró el paso, ni se montó un operativo para limitar el flujo de visitantes, solamente se acordó con las autoridades eclesiástica a que hubiera menos misas: a las 6 de la mañana, al mediodía y a las seis de la tarde, y con cupo al 25%, situación que no se respetó del todo, ya que si bien, hubo colocación de filtros sanitarios y las fueron marcadas para guardar la distancia, el templo tuvo una afluencia considerable, de al menos la mitad de su capacidad.