Ocotlán, Jalisco
Los agravios por los que más pobladores de la Ciénega acudieron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco en su sede de Ocotlán durante la pandemia fueron referentes a la educación, así lo dio a conocer el visitador adjunto Édgar Alejandro González Barajas:
“Sí se han dado algunos temas principalmente en el magisterio, donde aunque no hubo clases presenciales, la situación le abonaba para que los propios alumnos sentían que no se les estaba brindando la atención adecuada; sin embargo yo creo que era la propia situación”.
El visitador adjunto no especificó cuántas denuncias recibieron en este rubro, pero dijo que una de las principales quejas es el que las plataformas digitales que se activaron por parte del estado pasaban a segundo plano, esto después de que los docentes ajustaban los procesos a sus ritmos de enseñanza y acorde a las necesidades de sus alumnos:
“Que no se daba la atención adecuada, que se tenía que seguir una plataforma digital, sin embargo estas plataformas pasaron a segundo grado, porque cada maestro decidió seguir con sus procesos de enseñanza y es donde precisamente surgían situaciones en las que los padres de familia no estaban conformes”.
González Barajas dijo que estos agravios han disminuido tras el regreso a clases, sin embargo agregó que habrá que estar al tanto sobre las nuevas necesidades.
Según un Informe Especial sobre el impacto de la COVID-19 en la educación de niñas, niños y adolescentes emitido por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, entre las necesidades a las que se enfrentan los alumnos durante el regreso a clases está el que según una investigación que realizaron, el 80 por ciento de planteles manifestó no contar con los recursos económicos para realizar las reparaciones necesarias a la infraestructura.
Además el 86 por ciento tampoco cuenta con los recursos económicos para adquirir o reponer el equipo de cómputo y tecnológico faltante. De las entrevistas que se realizaron al personal directivo, 51 por ciento se manifestó en el mismo sentido, que no tienen los recursos económicos para adquirir el material de limpieza, mantenimiento y desinfección necesario.