El Análisis | Entre riesgos y necesidades
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Ocotlán, Jalisco

El dato positivo que da cuenta de un repunte del 12.1 por ciento en la economía mexicana en el tercer trimestre del año se contrapone a la insuficiencia de la recuperación, así como a los grandes riesgos que se vislumbran para el cierre del año. Por un lado, el repunte del 12.1 por ciento en el tercer trimestre se da luego de la caída del 18.7 por ciento que se dio en el segundo trimestre. En contexto, esto significa que en términos reales la economía mexicana actualmente soporta una caída del 8.6 por ciento de acuerdo a la medición anual del Producto Interno Bruto (PIB). Y aunque estas mediciones son siempre parciales y relativas, nos permiten tener un acercamiento a lo que ocurre: estamos en crisis y aunque ya se inició el rebote hacia la recuperación, todavía no alcanza para compensar las pérdidas.

Este ha sido un año muy duro en cuestiones de salud, de economía, de educación y de la vida cotidiana. Desde el confinamiento en marzo se paralizaron numerosas actividades económicas, se transformaron muchas otras para funcionar con los cuidados de salud que se requieren en tiempos de pandemia, en tanto con el paso del tiempo se fueron buscando las opciones para que los negocios, los comercios, los servicios y la economía en general funcionen bajo las reglas de una nueva normalidad condicionada por la crisis sanitaria. En este trance nos encontramos, entre cifras de contagios y muertos que siguen en aumento, y datos de una crisis económica que se trata de revertir.

En este momentos, a punto de iniciar el último mes del año, hay varias certezas que nos ayudan a comprender la coyuntura de incertidumbre: la crisis sanitaria se mantiene con fuerza, superando el millón de casos de personas contagiadas de Covid-19 y hay más de 100 mil muertos, además de que en días recientes se rompió el récord de personas contagiadas en un solo día. Ante este panorama, uno de los grandes riesgos para la economía es que el rebrote frene la recuperación y complique todavía más un año complicado. Sólo en la Ciudad de México se habla de que se podrían perder 30 mil negocios si se vuelve al semáforo rojo.

En el campo económico, los buenos datos del trimestre anterior son todavía frágiles. Y no sólo porque el rebote no alcanza para compensar la caída, sino porque el impulso se dio por el salto en las exportaciones pero sin la recuperación del consumo. Esto equivale a decir que la economía de las familias no ha recuperado su poder adquisitivo y que por lo tanto todavía no hay condiciones sólidas para pensar en una reactivación desde dentro.

Pero más allá de los datos del momento, que pueden llevarnos a una interpretación parcial, el contexto es claro: la mejor manera de cuidar la economía es cuidar la salud. Es un momento crítico porque la gente está cansada, hastiada del encierro y las limitaciones, pero si se relajan las medidas no sólo corremos el riesgo de un rebrote como los que golpean a Europa sino que esto nos puede costar más muertos, más enfermos, más empleos perdidos, más pobreza y un retroceso hacia una etapa que ya deberíamos superar.