“No tengo nietos, ni parientes, ni nada tengo… estoy solita”




Guadalajara, Jalisco.

El asilo Leonidas K. Demos tiene áreas verdes, los dormitorios son pequeños, pero están limpios y ordenados; el corredor que conecta los cuartos es un balcón por lo que tienen acceso a espacios abiertos y ventilados, mientras que la música tranquila de los ochentas ameniza el ambiente. En la parte baja del lugar algunos ancianos se divierten con juegos de mesa.

Pese a los esfuerzos, la directora del asilo, Adriana Jiménez comenta que lo que realmente necesitan es cariño y amor. Contacto humano. Aunque el personal del lugar trata de brindarles todas las atenciones, no pueden compensar la soledad que sienten por estar lejos de todas las personas que conocen.

Lilia Iñiguez Chávez, trabajadora social del refugio explica que existen dos escenarios en los que llegan los adultos mayores al asilo: el primero, cuando la familia no puede hacerse cargo. El segundo es cuando se encuentran en situación de calle.

Maura es una mujer centenaria, originaria de Zapotlanejo. Recientemente cumplió 110 años, y ya tiene 8 años viviendo en el recinto. Ella al igual que muchos de los ancianos que se albergan en Leonidas fue abandonada por sus familiares.

“No tengo nietos, ni parientes, ni nada tengo… estoy solita”, comenta Maura Landeros Tamayo. Ella fue ingresada luego de que enfermara y fuera llevada por una amiga a la cruz roja.

Maura responde con humor cuando le preguntan por su edad:

¿cuántos años tiene?

pooooquitos …..110 nomás

¿En qué año nació?

ya ni me acuerdo.

A pesar de que los años han cuarteado y desmanchado su piel, que sus piernas ya no tienen la fuerza para caminar y que sólo escucha si le gritas al oído, algunas cosas como su gusto por los dulces y rezar a su “papá Dios”, permanecen intactos. Maura sacó lentamente de la bolsa de su blusa tres dulces. Ella recuerda perfectamente cómo rezar y cómo dar la bendición.

La directora del asilo asevera que Maura a pesar de su edad, goza de buena salud, “es de las más sanas de aquí”.

La centenaria mujer vivió durante la Cristiada y recuerda con vividez que a Mónico, uno de sus hermanos, lo ahogaron en el río. “Él decía... si vienen los cristeros tengo que decirles que viva cristo rey… aunque me maten” ... llegaban y si no había gente se comían lo que había… sólo dejaban los cueros de las reses...Mi papá tenía muchas imágenes en la pared … y ¡nombre! las quemaban”, platica Maura con la mirada perdida como si se hundiera en el recuerdo de su hermano y su padre.

Recuerda haber tenido seis hijos y que contrajo nupcias dos veces. Según datos del DIF Tlaquepaque de donde fue canalizada al asilo Leonidas, sólo tienen registro de un hijo, pero él tuvo un accidente y falleció. Entonces fue cuando Maura enfermó y fue llevada a la Cruz Roja, antes de llegar al asilo.

 - Ambigüedad en la ley: no precisa el abandono de adultos mayores -

No hay un apartado, capítulo o artículo en el Código Penal del Estado de Jalisco que especifique el abandono de adultos mayores sólo se estipula el abandono de familiares y personas.

En los primeros siete meses del 2018, se iniciaron 521 denuncias por el delito de abandono de familiares y 74 por el delito de abandono de personas, de acuerdo a las carpetas de investigación reportadas por la Fiscalía General del Estado de Jalisco.

Los municipios con más averiguaciones previas por estos delitos son El Grullo, Autlán de Navarro y Puerto Vallarta mientras que, en la Zona Metropolitana, el municipio de Guadalajara es el que tiene el mayor índice con un total de 164 de las 521 carpetas de investigación.

El Código Penal del Estado de Jalisco estipula en su artículo 230 una pena de un mes a cuatro años de prisión a quien cometa el delito de abandono de personas cuando esté enferma, padezca enajenación mental, o requiera de cuidados. Sin embargo, en esta ley no se especifica nada al respecto de adultos mayores.

No obstante, en la Ley para el Desarrollo Integral del Adulto Mayor para el Estado de Jalisco las sanciones para quienes abandonen a una persona de la tercera edad son menores, en esta se establece una multa que va de los 2 mil 640 pesos a los 15 mil 840, y en caso de reincidencia se condena a 36 horas de arresto administrativo.

- Familiares los abandonan: IJAS -

En algunos casos, los ancianos han sido abandonados en medios hospitalarios o a las afueras de los asilos. Así lo notificó la unidad de transparencia del Instituto Jalisciense de Asistencia Social, (IJAS).

Esto mismo fue confirmado por la titular de la dependencia, María Luisa Urrea Dávila, quien afirmó que “muchos de ellos, llegan tocando la puerta a nuestro asilo, o son encontrados en total abandono en la vía pública o por encontrarse extraviados y desconocer datos de posibles familiares o responsables.

Según cifras del 2017 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en México habitan más de 12 millones 973 mil 411 personas de 60 y más años, lo que representa el 10.5 % de la población total. De esta población de 60 y más, 53.9% son mujeres y 41.1% son hombres.

Cuando son abandonados en hospitales y servicios médicos municipales y no aparecen los familiares, entonces los ancianos son ingresados al asilo Leonidas K. Demos o a las otras 29 casas hogar para ancianos del IJAS que hay en la Zona Metropolitana, del total de 68 asilos afiliados a esta dependencia.

La población atendida en estos asilos es de mil 576 personas; 473 hombres y mil 103 mujeres con un rango de edad de 62 a 110 años.

Los adultos mayores que residen en este asilo también son captados a través de denuncia ciudadana y muchas veces son encontrados en malas condiciones de salud física y mental.

Urrea explica que se han tenido casos en los que encuentran adultos mayores en la calle, perdidos. Proceden a levantar un reporte ante la Fiscalía General del Estado (FGE), para buscar a la familia.

“Nos llegan personas que por azares del destino acaban aquí en Guadalajara, en la zona metropolitana y localizamos a la familia en Puerto Vallarta… o en un municipio del interior del estado o inclusive en otros estados”.

Según dijo, se tienen casos en donde se localiza a la familia y ellos no quieren o pueden hacerse cargo. “Es común y cada vez se está dando más, tristemente encontramos a adultos mayores desamparados que a lo mejor si tienen familia, pero no los están atendiendo”, lamenta la funcionaria.

Redacción: Diana Barajas