Un Niño Dios con cubrebocas para concienciar a los mexicanos más devotos
Fotografía: EFE/ José Pazos




Ciudad de México, México.

Las figuras de cerámica del Niño Dios que cada diciembre llenan calles y calles del centro histórico de la Ciudad de México llaman la atención este año por el atuendo pandémico que algunos de los comerciantes idearon con la intención de crear conciencia.

Una careta, un cubrebocas y un frasco de gel hidroalcohólico, todos del tamaño correspondiente al pequeño Niño Dios, llaman la atención en una muy poco transitada calle Talavera, donde tradicionalmente las aglomeraciones demostraban el fervor durante estas fechas.

El 24 de diciembre muchas familias arrullan a la figura honrando el nacimiento de Jesús y cada año lo visten de una manera, por lo que los trajes de San Judas Tadeo, el Niño de Atocha o el Sagrado Corazón, los más clásicos, son los más vendidos.

Pero el ingenio de los comerciantes se hace notar con creaciones que se refieren a temas candentes de cada año, como recientemente el Niño Dios migrante o el huachicolero (personas que roban combustible para luego venderlo).

Este año, el interés no es comercial, sino que para concienciar a los compradores y animarlos a que usen cubrebocas, Niños Uribe, una empresa con 45 años de historia y pionera en la calle, ahora llamada "calle de los Niños Dios", diseñó y elaboró la ropa para la figura ideal para tiempos de pandemia.

"Siempre ha existido el Niño Dios doctor y nosotros por apoyo a que la gente se ponga el cubrebocas, la careta, hicimos esto. Hicimos esta vestimenta que crearon mi suegro y mi esposa para concienciar a la gente para que no se haga más largo esto de la pandemia", dijo a Efe Emanuel González, encargado de Niños Uribe.

Aunque la calle está más vacía de lo normal, algunos transeúntes curiosos se paran ante una de las tiendas de esta empresa, donde tres Niños Dios están colocados con sus respectivos atuendos y la leyenda "Niño Dios covid".

Una mujer, que acude cada año a comprar vestidos que luego vende fuera de la ciudad, no había reparado en la novedad y, aunque primero pensó que era una estrategia de ventas, luego dijo a Efe que tal vez funcione para concienciar a la población.

Además, el encargado del establecimiento consideró que también es una manera de demostrar que "la fe mueve montañas".

"Es una tradición muy bonita porque une a la familia y mueve la fe, la gente le pide mucho a sus santos. Entonces como la fe mueve montañas, a ver si con la fe creamos conciencia a la gente", expresó.