Washington, Estados Unidos.

Organizaciones protectoras del medioambiente demandaron al Gobierno de EE.UU. por la cesión de terrenos del área del golfo de México para la explotación de la industria de combustibles fósiles a través de perforaciones supuestamente ilegales, informó hoy el equipo de abogados.

Tres asociaciones, representadas por el grupo de litigios Earth Justice, denunciaron la última oferta de terrenos que estarán disponibles para ser perforados en la zona cercana a la costa del golfo, en el sur del país, por una extensión de 78 millones de acres (más de 31 millones de hectáreas), indicaron en un comunicado.

El documento, registrado este lunes, hizo referencia al anuncio publicado la semana pasada por la Oficina de Administración de Energía del Océano (BOEM), en el que se recogían los datos relativos al siguiente proceso de adjudicaciones que se iniciará el 15 de agosto.

Los demandantes consideran que la oferta de esos espacios es ilegal y que no se ha analizado adecuadamente el impacto que tendrían estas perforaciones en las comunidades, la flora, la fauna y el medioambiente.

"El propósito es reducir la competencia sobre los espacios disponibles y permitir que las compañías de combustibles fósiles acumulen arrendamientos a precios bajísimos", señala el comunicado.

Las organizaciones denunciantes alegaron que los argumentos del BOEM son incorrectos en cuanto a las regulaciones de seguridad y otros aspectos.

Además, incidieron en que la institución "subestima significativamente" los efectos que tendrían estas cesiones en el "desarrollo del petróleo y el gas" en el golfo y en el entorno debido a la contaminación por emisiones de carbono que generaría.

"La Administración (del presidente Donald) Trump usa las políticas del (ex)presidente (Barack) Obama, por un lado, para decir que el medioambiente y la seguridad del trabajador no se verá comprometida, mientras que con la otra mano destruye las mismas leyes y expande la perforación a mar abierto", incidió Chris Eaton, abogado de Earth Justice.

Trump ha impulsado desde que llegó a la Casa Blanca un proceso de desregulación en distintos ámbitos, desde las normas de internet y del sistema bancario hasta la protección del medioambiente.