Meseros consiguieron cualquier trabajo para sobrevivir a la pandemia
Fotografía: Georgina García Solís/ Archivo




Guadalajara, Jalisco. 

El 13 de marzo de 2020 fue el último evento que tuvo José Antonio Ríos como mesero en la vieja normalidad, antes de la pandemia. Desde entonces cambió su vida al perder su fuente de ingresos por el cierre temporal de salones de eventos y terrazas durante casi un año.

En el primer confinamiento de Jalisco, José Antonio encabezó una manifestación de meseros para exigir la reactivación o apoyos para poder sobrellevar la falta de ingresos, pero solo algunos de sus compañeros pudieron acceder a los cinco mil pesos que el Gobierno del estado entregó a los trabajadores independientes.

La ayuda fue insuficiente y la crisis los obligó a vender galletas en los cruceros, trabajar en los tianguis o en su caso convertirse en albañil y recientemente laborar de intendente en un club deportivo.

A pesar de la reactivación económica, la brigada de meseros que coordina el señor José Antonio todavía está lejos de tener la actividad de la vieja normalidad. En el último fin de semana sólo tuvieron trabajo en 16 salones de eventos, cuando llegaban a tener servicios en 100 sitios en un fin de semana.

Al tener que emprender medidas de control de los contagios de covid-19 que afectaron las actividades económicas, Jalisco llegó a perder 95 mil empleos el año pasado y conforme se reactivó la economía recuperó gran parte. Al cierre de 2020, la pérdida se había reducido a 32 mil puestos de trabajo formales. Según la Coparmex, por cada empleo formal que se da de baja, se pierden 1.3 informales.


Georgina Iliana García Solís