Guadalajara, Jalisco.

Las primeras estrofas del concierto no fueron cantadas por la legendaria banda, sino por los asistentes. Al unísono el público cantó la nostálgica “Antes de que nos olviden” mientras en las pantallas del Auditorio Telmex aparecían fotografías de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los tres estudiantes del CAAV, los periodistas asesinados como Javier Valdéz y Miroslava Breach, imágenes de las decenas de marchas en México en busca de justicia por los desaparecidos.

Los Caifanes convirtieron esta canción en un himno de lucha por todos aquellos mexicanos que han sido arrebatados.

“Hasta morir, La célula que explota, Viento, No dejes que, Los dioses ocultos y Quisiera ser alcohol”, son solo algunos de los temas que causaron mayor entusiasmo en la raza, nombre con el que Saúl Hernández, vocalista de Caifanes, se dirigió en todo momento al público tapatío.

Conciliadores, amorosos y activistas; así se mostró en todo momento la banda que suma ya 30 años de trayectoria con sus respectivas pausas y cambios de alineación.

Con un Auditorio Telmex abarrotado y la constante participación de los asistentes para corear las canciones, los Caifanes cerraron la noche con su famosa “Negra Tomasa”.