A Maricruz le impiden vender y ahora recoge basura para subsistir; exige fin a operativo en San Juan de Dios




Guadalajara, Jalisco.

La señora Maricruz tiene 48 días sin vender en el puesto semifijo donde comercializaba ropa usada, en la calle Fortunato Arce, a unos metros de la calzada Independencia. Al no tener ingresos económicos, la madre de familia recoge de las calles, cartón, envases de plástico y latas de aluminio para subsistir y darle de comer a su hija.

A un total de 30 puestos semifijos se les prohibió vender, en la calle Fortunato Arce, desde el pasado 21 de abril, cuando la Comisaría de Seguridad de Guadalajara, la Policía Federal y el Ejército instalaron un operativo para combatir el narcomenudeo en los barrios de San Juan de Dios y Analco.

Los comerciantes, quienes se manifestaron frente a la Presidencia Municipal de Guadalajara, el miércoles pasado, le piden al alcalde tapatío Enrique Alfaro Ramírez y al comisario de seguridad, Salvador Caro Cabrera, que permitan el libre tránsito, porque los clientes no pueden pasar a las tiendas de abarrotes, fondas, talleres y llanteras.

Por su parte, Isabel Olmedo, quien prepara desayunos, comidas y cenas, en su domicilio de la calle Insurgentes, tuvo que cerrar su negocio ante la falta de comensales, a quienes los policías municipales les exigen identificarse y los revisan, en las vallas metálicas que impiden el libre paso.

operativo San Juan de Dios Fotografía: Ignacio Pérez Vega

A los proveedores de las tiendas de abarrotes también los ponen trabas para ingresar a dejar sus mercancías. Así lo relató la señora María de Jesús Bravo, propietaria de una tienda de abarrotes.

Reynaldo Cervantes, quien vende hielo en barras y a Gregorio González, dueño de un taller, también se quejaron del cerco que todos los días afecta sus actividades y les ha mermado sus percepciones económicas.

Los comerciantes entrevistados señalaron que sus quejas son auténticas, que nadie les pagó para ir a manifestarse al Ayuntamiento y le piden a las autoridades que entiendan la afectación económica que sufren. Por eso insisten que se quiten las vallas metálicas de las calles, que no se les trate como delincuentes y que no se impida el paso de los peatones.


Ignacio Pérez Vega