Madre que busca a su hijo denuncia tres mil días de retraso en tareas de la Fiscalía
Fotografía: María Ramírez Blanco




Guadalajara, Jalisco.

“Siento que el Estado no quiere que lo encuentre o que lo busque, porque me han puesto muchas trabas, tanto en búsqueda como en investigación”.

Ella es Raquel Trinidad Escobedo, madre de Alejandro Trinidad Escobedo, un joven que desapareció el 11 de mayo de 2013 en Tequila, Jalisco.

Desde aquel día, ella no se sabe nada de su paradero y las autoridades estatales no han presentado ningún avance o indicio que le responda donde está y qué fue lo que pasó.

Las palabras de Raquel son representación de los familiares que también buscan a sus desaparecidos en Jalisco, y que no tienen respuesta del Estado.

Han transcurrido tres mil 285 días de que Alejandro no está, y apenas en marzo del presente año la Fiscalía del Estado acudió al lugar donde desapareció para corroborar los hechos ocurridos.

“Para mí fue muy fuerte de que no habían hecho nada de investigación donde fue la desaparición de mi hijo”.

En 2020, Raquel dejó de buscar a su hijo por cuestiones de salud que la orillaron a permanecer en cama; sin embargo, constantemente marcaba a la Fiscalía para conocer si tenían indicios de su hijo.

“Sí, la tuve que dejar un año porque estuve enferma de cáncer, y estuve con tratamientos fuertes de quimios y radios”.

Actualmente, continúa la búsqueda con la esperanza de que Alejandro esté con vida. Ha viajado a otros estados: Ciudad de México y Monterrey, por mencionar algunos, en compañía de otros colectivos que la ayudan a buscarlo.

“Me quedaron secuelas de mis piernas, no puedo andar mucho en campo, pero compañeras me apoyan en ese lado”.

Raquel denuncia el “nulo” interés del Estado en buscar a su hijo.

“Mi hijo no se encuentra en archivos puede estar en cualquier lugar”.

Raquel fue una de las decenas de mujeres y familiares que tomaron las calles de Guadalajara este 10 de mayo para alzar su voz y mencionar el nombre de sus hijas, hijos, hermanas y hermanos, que han pasado a ser sólo cifras para el Estado.


María Ramírez Blanco