La Teología de la Liberación desde sus más remotos antecedentes




Por Gabriela Arreola

Este lunes 20 de agosto, el doctor Luis Martínez Andrade impartió la conferencia denominada El Cristianismo de Liberación y el 68, en la que el especialista se dedicó a detallar varios de los sucesos históricos latinoamericanos que propiciaron el nacimiento de la Teología de la Liberación, mismos que muchas veces pasan desapercibidos.

El evento, uno de los primeros del actual ciclo escolar, se realizó en la Casa Universitaria de la Ciencia, el Arte y la Cultura, poco después de las 7 de la tarde. Acudieron alumnos del Centro Universitario de los Lagos, docentes y público en general.

Martínez Andrade es sociólogo y su principal interés en el campo de la investigación tiene que ver con la relación entre la ecología y la religión en el contexto del continente americano. Esta fue la segunda ocasión en la que el estudioso visitó el CULagos.

La teología de los pobres y desposeídos

«Por lo general hablamos de la Teología de la Liberación como un conjunto de escritos publicados a principios de los 60 y principios de los años 70, por teólogos de la liberación como fueron o son, algunos: Gustavo Gutiérrez, los hermanos Boff, Rubén Dri. Es una corriente de pensamiento, de los años 70, que incursiona en el debate teológico partiendo del sufrimiento de las víctimas del capitalismo o de la modernidad», compartió.

Y es que la Teología de la Liberación de la década de los 70, esgrimía una dura crítica al sistema capitalista porque, si bien los dioses se habían desplazado al ámbito privado bajo la idea de la secularización, un nuevo dios, producto del capitalismo, reinaba en el terreno público, se trataba de la adoración al dinero. Otro aspecto a resaltar es que en esa misma época se empezaron a utilizar las Ciencias Sociales para entender las desigualdades sociales.

Una propuesta teológica propia

Por otra parte, fueron varios los acontecimientos históricos que contribuyeron de alguna u otra manera al surgimiento de la Teología de la liberación, más allá del Concilio Vaticano II como suele suponerse, aseguró Martínez Andrade, pues también influyeron la conquista con la que se estableció un patrón de dominación y explotación, los golpes de estado, la Revolución Cubana, el nacimiento de organizaciones católicas que con el tiempo se radicalizaron, los movimientos populares, y las figuras, obras y aportes de personajes icónicos.

«Me parece que para tener una visión global del origen de la Teología de la Liberación hay que entender que ocurría en los años 50 y 60. Yo pienso que la radicalidad del discurso de los teólogos de la liberación no se puede entender simplemente como una cuestión de circulación de pensamiento, sino de un compromiso que muchos de ellos llevan con las clases eclesiales de base y que además es una crítica que no solo se circunscribe al capitalismo, sino que va más allá; yo repito, creo que es una crítica a la colonialidad del poder, que eso es una especificidad latinoamericana», añadió Martínez Andrade.

Sobre los movimientos del 68, el especialista indicó que el papel de las comunidades eclesiales de base en ellos fueron una pauta importante para que posteriormente los teólogos de la liberación pudieran desarrollar una propuesta teológica propia, ya que crearon una nueva cultura política.