A sus 87 años, José Mejía Peralta se gradúa como abogado en el Cu Costa Sur
Fotografía: Antonio Díaz




Autlán de Navarro, Jalisco. 

Para José Mejía Peralta, el cierre del calendario 2020-A representa un logro importante en su vida profesional y académica. El egresado de 87 años de edad cumplió con una de sus metas; terminar sus estudios profesionales como abogado.

Ingresó al Centro Universitario de la Costa Sur en el calendario 2017-B con 83 años de edad, convirtiéndose en el estudiante más longevo de esta institución.

Su vocación por las leyes surgió cuando ocupó puestos en la administración municipal de Casimiro Castillo y se dio cuenta de los atropellos a la ley y cómo las personas no tienen elementos para defenderse jurídicamente.

Ahora como egresado, Mejía Peralta continúa preparándose. En su casa no cuenta con servicio de Internet, por lo que todas las mañanas va a la plaza cívica de Autlán a captar la red del Centro Universitario de la Costa Sur, donde descarga archivos de la Suprema Corte, audiencias y juicios orales que después analiza en su casa para mantenerse vigente.

“Ahora que ya estoy en estatus de licenciado en derecho no quiero quedar nada más con los conocimientos que adquirí, sigo acudiendo al área de la universidad a captar vía internet la mayor información posible en lo que respecta a derecho penal, principalmente audiencias, ese material en las tardes lo escucho y voy haciendo algunos apuntes con la finalidad de no perder información, no quiero perder la noción del derecho”.

Durante su estancia como estudiante vivió experiencias gratas que le dejaron mucho aprendizaje, pero lamenta como concluyó su carrera y que las condiciones actuales de la pandemia le hayan impedido volver a ver a sus compañeros y profesores, así como tener el acto académico de graduación en compañía de ellos.

Lamento el no haber vuelto a ver a mis compañeros y maestros presencialmente, lamento que se hayan suspendido las clases presenciales y los actos tan acostumbrados, tan solemnes y tan satisfactorios para los familiares de uno. Fui convocado al acto de protesta, pero fui el único, fui solo ¿dónde quedaron mis compañeros? Ignoro y lamento si tuvieron problemas o cual fue el motivo que no les permitió acompañarme”.

Don Pepe, como lo nombra la mayoría, está a la espera de su cédula profesional para poder ejercer la abogacía y cumplir con la causa que le motivó a continuar sus estudios.


Antonio Díaz