Jaliscienses se relajan; usan cubrebocas para taparse la papada
Fotografía: EFE (Referencial)




Guadalajara, Jalisco. 

Casi sin gente lucían las calles del centro de Guadalajara. El aislamiento se resentía en el primer cuadro de la ciudad capital no sólo por los negocios cerrados, sino por la falta de gente.

Los lugares más concurridos como los andadores que van de la catedral a la plaza tapatía, se apreciaban en menos de un tercio de su capacidad.

Pero los que sí salieron de sus casas, ya sea por trabajo, o por recreación en el caso de algunos, se mostraban más relajados. El uso del cubrebocas para muchos ya no parece el requisito indispensable, y más bien lo usan para cubrirse la garganta, taparse la frente, y otros hasta para cubrirse la papada.

Sentados para tomar un respiro, disfrutar de un cigarro, o hasta una bebida, muchos de los pocos tapatíos que se apreciaban en el centro dejaban ver que ya era viernes, un día más relajado, se terminaba la semana.

Y ni la pandemia detuvo a los enamorados, pues no faltó quien se quitara el cubrebocas para darse un beso, tomarse una selfie, o simplemente sentarse en una banca a mirar el atardecer agarrados de la mano.

A casi 60 días de aislamiento, muchos ya sienten como algo natural el uso del cubrebocas, y mantener la sana distancia, sin embargo poco a poco se puede entrever un relajamiento general de las medidas sanitarias que fueron impuestas como una opción para evitar los contagios de coronavirus, un padecimiento que se llevó no sólo la salud, si no la economía y hasta la esperanza de muchos.