Guadalajara, Jalisco.

Ocho, 16 o 30 años de vida, no se sabe cuánto le queda, pero cada vez es más corta para el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco, que ha sufrido múltiples y diversos detrimentos en su patrimonio o de los trabajadores del Estado, porque a final de cuentas es el dinero de ellos.

Y no hay que ir al fondo, basta ver y evaluar las cifras de cómo y con que opera, para advertir los escenarios administrativos complicados por los que pasa.

Tiene un total de 122 mil 558 afiliados que mes con mes aportan puntualmente sus cuotas conforme a sus ingresos, el 11.5 % ellos y el otro 20.5 % la parte patronal, que es el propio gobierno del Estado, los Organismos Públicos Descentralizados y los ayuntamientos.

Juan José Hernández Rodríguez, secretario del Sindicato General de los Hospitales Civiles y líder de la Federación de Sindicatos Independientes del Estado de Jalisco (FESIJAL), que representa a los trabajadores ante el consejo de pensiones, nos explica:

Y ante ese incremento de un 0.49 % en la planta laboral, o sea, muy pocos los que aportan más recursos; por otro lado el número de pensionados aumentó de manera preocupante y con ello también el monto a pagar por jubilaciones.

El consejero de Pensiones del Estado, Juan José Hernández Rodríguez, detalla al respecto:

Lo anterior se refleja en el dinero, concluyendo que pensiones de Jalisco recibe un monto menor en cuotas de sus afiliados que lo que paga a personas jubiladas y en 2020 estos son los números.

Al final el déficit es de mil 285 millones, se paga más de lo que se recibe.

Este es un adelanto del escenario. La próxima semana y a partir del lunes, le hablaremos de las pensiones doradas, las VIP y además de las malas inversiones que han acortado la vida de un Instituto de Pensiones.