Diez premios Nobel exhortan a Arabia Saudita a no ejecutar a 14 chiitas




Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

Diez premios Nobel de todo el mundo exhortaron a Arabia Saudita a no ejecutar a 14 sauditas de la minoría chiita condenados a raíz de unas protestas organizadas en 2012.

"Detengan las ejecuciones" se titula la carta dirigida al rey Salman y al príncipe heredero Mohamed bin Salman, las únicas personas que hoy tienen el poder de detener la pena capital.

En ausencia del rey Salman, quien efectúa una visita privada en el extranjero, el príncipe heredero tomó las riendas del poder en este reino sunita ultraconservador. Le corresponde por tanto firmar o no el decreto de ejecución.

"Tiendan la mano de la piedad" a los condenados, abogan los firmantes, entre ellos varios premios Nobel de la Paz como el expresidente sudafricano Frederik de Klerk, el exdirigente sindical polaco Lech Walesa, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu o la activista irlandesa Mairead Maguire.

Mencionan en particular el caso de un estudiante saudí, Mujtaba al Sweika, "brillante" pero detenido a los 18 años en el aeropuerto de Riad cuando partía rumbo a una universidad estadounidense. "Entre los cargos que se le imputan, haber creado un grupo en Facebook y colgado imágenes de manifestaciones" de militantes chiitas en el este de Arabia Saudita, escriben los firmantes pidiendo clemencia para él.

Denuncian también el caso de Alí al Nimr, un joven detenido cuando era menor de edad por haber divulgado llamamientos a manifestarse y cuyo tío, Nimr al Nimr, un dignatario chiita muy conocido, fue ejecutado a principios de 2016.

La Corte Suprema saudita confirmó en julio la pena de muerte dictada contra estos 14 sauditas chiitas. Los defensores de los derechos humanos temen que las ejecuciones sean inminentes.

Amnistía Internacional y Human Rights Watch acusaron a las autoridades saudíes de haberles arrancado confesiones por la fuerza y estiman que los condenados no tuvieron un proceso justo.

Los 14 chiitas fueron condenados en relación con unas manifestaciones en la región de Qatif, que concentra la mayor parte de la minoría chiita saudí. Estos últimos se consideran marginados y discriminados por el poder sunita.

La Provincia Oriental que engloba Qatif, rica en petróleo, se ve regularmente sacudida por la violencia atribuida por las autoridades a "elementos terroristas" o traficantes de droga.

Esta semana las autoridades saudíes afirmaron haber restablecido el orden en la localidad de Awamiya, en la región de Qatif, después de unos disturbios. Awamiya, ciudad natal de Nimr al Nimr, fue el epicentro de manifestaciones contra el poder en la estela de la Primavera Árabe en 2011.

Riad ha ejecutado a 75 personas en lo que va de año, una de las cifras más elevadas en el mundo.