Hasta tres horas caminaron a casa, empleados por suspensión de transporte público
Fotografía: Equipo Editorial




Guadalajara, Jalisco

Aún no era Halloween, pero la noche del 30 de octubre fue de auténtico terror para miles de empleados de diversos giros comerciales en Guadalajara, quienes tuvieron que caminar hasta tres horas en llegar a su casa por suspensión de transporte público debido al Botón de Emergencia y porque los taxistas amarillos pretendían cobrarles un ojo de la cara.

Miguel, quien es mesero en un restaurante de Plaza Andares, comparte su testimonio:

“Al salir de la plaza comercial, en la parada de camiones, hice cálculo de quienes trabajamos en la plaza, restaurantes y tiendas departamentales, había más de mil gentes. Estaba saturado de Andares a Patria, hicimos hora y media. No pasaban camiones y tuvimos que caminar. En un traslado de media hora llegamos a casa a las 9:30”.

Y no fue el único que sufrió eso. Sus amigos y parientes padecieron un calvario por las nuevas disposiciones del Gobierno de Jalisco.

“Otro sobrino que vive hasta Valle de los Molinos se descompuso y se quedó en Aviación, desde base aérea caminando hizo tres horas de camino. La aglomeración fue un caos, una mala estrategia, por toda la ciudad. Otros amigos que trabajan por el centro dicen que fue un caos en el tren ligero, estuvo súper lleno. Toda la ciudad estuvo caótica y va a haber más contagiados que en toda la pandemia.

A todo esto se suma que los meseros han perdido las propinas como lo fuerte de sus ingresos, debido a la reducción de comensales. Y aunque algunos patrones han sido conscientes, entre ellos el de Miguel, para apoyarles con salario, sin las propinas les es imposible salir adelante.

Miguel es papá soltero, de dos adolescentes de 14 y 15 años y pide al Gobierno del Estado que reconsidere los horarios del camión y el tren ligero, y se busquen otras formas de no parar la economía.