La fase más dura de la pandemia pone a prueba el testeo en Latinoamérica
Fotografía: EFE/ Antonio Lacerda /Archivo




Bogotá, Colombia. 

Testear, rastrear y aislar. Esa es la estrategia ante el coronavirus en la que ha insistido hasta el cansancio la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero en la que Latinoamérica, actual epicentro mundial de la pandemia, sigue teniendo serios desafíos, especialmente, por sus limitados recursos.

Pese a la urgencia en Latinoamérica, que con 650 millones de habitantes ya alcanzó los 2.7 millones de casos y las 120 mil muertes -un ritmo con el que puede superar los 400 mil fallecimientos en octubre-, todos los países de la región siguen librando la lucha del testeo.

"Aunque todos están haciendo un gran esfuerzo en esta, la peor crisis del siglo, tienen que seguir buscando ampliar la capacidad de hacer test, en todas las fases. Es vital monitorear ahora la evolución de la pandemia y, después de controlada, en las reaperturas, seguir haciendo pruebas porque este es el mejor indicador", dijo a Efe el médico brasileño Jarbas Barbosa da Silva, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Una fotografía borrosa

Jeffrey Shaman, director del programa de Clima y Salud Pública de la Universidad de Columbia, coincide en que una "mayor cantidad de pruebas permite la identificación y el aislamiento de más casos", aunque no sea una fotografía exacta de la situación.

"Si esto se combina con el rastreo de contactos para identificar posibles infecciones, estos individuos serán puestos cuarentena. Ese es el medio poderoso para acorralar el virus", explica a Efe el investigador.

Los organismos internacionales recomiendan realizar pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), en lugar de test rápidos ya que, aunque su proceso es lento y se requiere un laboratorio especializado, son mucho más confiables. El Our World in Data, de la Universidad de Oxford, es referencia en datos de PCR, con los que elabora una clasificación mundial de tasas de test por cada mil habitantes en cada país.

Según este ránking, que encabeza Baréin con más de 300 por cada mil habitantes, los líderes en Latinoamérica son Chile, con un aproximado de 56.48; Panamá (28); El Salvador (25); y Uruguay (19). Al otro lado de la tabla se encuentra México (alrededor de 3.8), que también está, junto a varias naciones latinoamericanas, en los últimos lugares en cuanto al número de pruebas que se han aplicado por cada caso positivo detectado.

La OMS asegura que este aspecto es clave porque si el 80 o 90 % de las personas que se evalúan salen positivas, es muy probable que se estén dejando de detectar muchos enfermos, posiblemente porque los test se están destinando para confirmar casos obvios.

Así, según Our World in Data, mientras naciones como Australia o Corea del Sur hacen cientos e incluso miles de pruebas por cada caso positivo, México tiene una cifra de 1.5, con datos similares aparece Bolivia (1.85), y le siguen Argentina (3.19) y Panamá (3.23). En el otro extremo se destacan naciones como Cuba (626) y Uruguay (149), por encima de países como Canadá (128) y España (81).

Chile gana en cantidad, Costa Rica en estrategia

Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS, llamó esta semana a descartar la idea de que el país que reporta más casos "es necesariamente el que peor lo está haciendo" y resaltó los "excelentes programas de testeo" en naciones como El Salvador, así como los esfuerzos en Panamá.

Chile, el séptimo del mundo con más casos (más de 280 mil y 5 mil 900 muertes), lidera en la región en número de test de coronavirus, con más de 1.1 millones de pruebas, aunque en las últimas jornadas la cantidad ha experimentado una disminución, pasando de casi 20 mil de promedio a unos 12 mil diarias.

En contraste, México, con más de 29 mil muertes y unos 238 mil casos, es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que practica menos pruebas, algo que se ha asociado al hecho de que se ha centrado en los casos graves que llegan a los hospitales en lugar de estudiar a toda la población.

Para José David Urbaéz, consultor de la Sociedad Brasileña de Infectología, el éxito de estos programas radica no solo en la cantidad de pruebas sino también en lo que se hace con los datos obtenidos. Costa Rica, que acumula unos 4 mil casos y 17 muertes en cuatro meses de pandemia, admite que no es el país que ha hecho más test, pero sí es de los que mejor ha hecho uso de los resultados.

Según las autoridades costarricenses, el rastreo de los contactos de las personas positivas ha sido una tarea ardua con la que se ha conseguido identificar casi la totalidad de los nexos epidemiológicos, aunque ahora, cuando el país atraviesa su segunda ola pandémica, la mira está en la transmisión comunitaria.

En el caso de Uruguay, su manejo de la pandemia incluso ha hecho que sea el único país de la región aceptado como emisor de viajeros hacia la Unión Europea (UE). Uruguay creó una red de laboratorios de diagnóstico propio por PCR, trabajó en un grupo interinstitucional para investigar la dinámica del SARS-CoV-2 y fabricó test diagnósticos. Después de más de 67 mil test hechos en una población de 3.5 millones de personas, el país reporta cerca de 950 casos positivos (alrededor de 80 activos) y 28 fallecidos.

Las dudas sobre Nicaragua y Brasil 

Sobre el tema, la OPS ha advertido de la situación en Nicaragua y Brasil. El organismo insistió esta semana, nuevamente, al Gobierno de Nicaragua en la importancia de que informe el número de pruebas que ha realizado y procesado. En cuanto a Brasil, el segundo país más afectado por el virus, se cree que las cifras, ya de por sí alarmantes, pueden ser muy superiores, ya que, según la OMS, el país ha realizado pocas pruebas.

El Ministerio de Salud indica que hasta el 24 de junio había comprado 24.5 millones de test PCR y en cuanto a los serológicos, ha aplicado 10 millones de pruebas rápidas y 12 millones por laboratorio.

Aunque los Gobiernos locales realizan también de forma independiente su testeo y las cifras pueden ser mayores."En Brasil la cifra es devastadora: 2.4 pruebas por caso confirmado. Con eso, una gran cantidad no se detecta y la propagación es rampante. Se necesitan desesperadamente más pruebas y rastreo de contactos", reitera Shaman.

Una región de grandes dificultades

Otros países afrontan el tema con mayores dificultades. En Bolivia, donde el número de contagiados supera los 34 mil, de unos 11 millones de habitantes, la falta de recursos ha impactado también en la realización de pruebas. En los últimos días uno de los principales laboratorios que procesa los test de PCR se declaró en emergencia ante la falta de equipamiento y lleva un retraso en el procesamiento de las muestras.

Ecuador, que suma unos 59 mil casos y más de 4 mil 600 muertos y realiza tanto pruebas PCR como test rápidos, vivió también una crisis estadística en mayo, debido a inconsistencias, datos rezagados y cambios de formato. Mientras Venezuela, que reporta más de 6 mil casos y medio centenar de muertes (aunque la oposición reporta casi el triple de decesos), presume de haber realizado casi un millón de test en los últimos tres meses, aunque reportes de la ONU indican que menos del 5 % de ese total son pruebas PCR.