Con esperanza, pero el alma rota, familias buscan a sus desaparecidos en el Semefo
Fotografía: Iván de León




Guadalajara, Jalisco.

Un verdadero martirio es el que sufren familiares de personas desaparecidas en Jalisco. Ante el sufrimiento en el seno familiar por la ausencia, la búsqueda en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) es recurrente para tratar de encontrar respuestas ante un hecho que lastima sus vidas.

Daria Hernández se ha presentado en las instalaciones del IJCF por quinta ocasión. Una vez más toca las puertas del Instituto con la esperanza de encontrar a su familiar allí adentro.

El problema de la desaparición de personas en Jalisco ha alcanzado cifras críticas. Según los datos más recientes es de más de 14 mil víctimas, lo que implica una mayor cantidad de desaparecidos que de habitantes del municipio de Mazamitla. Esto, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.

Esa ausencia es palpable entre los familiares, como Ángel Domínguez, quien busca a su hijastro de 20 años.

En esta búsqueda incesante, Miriam Castillo ha percibido muchos cambios en el personal del IJCF. Hoy considera que el proceso es más lento, además de que, por la pandemia, anteriormente las visitas a este centro se hacían de manera grupal y ahora pasa sólo un familiar para ver fotografías de acuerdo con las características de su pariente.

La carga laboral a la que está sometida el personal es grande y grave. Afuera del Instituto cuelga una manta en donde los empleados manifiestan que trabajan bajo protesta. Mientras tanto, la búsqueda de familiares continúa con la esperanza intacta, pero el alma rota por encontrarlos.


Iván De León Meléndrez